¿Ya ha asimilado la victoria de ayer?
-Todavía es muy reciente, pero la txapela ya está con nosotros y la verdad es que estoy encantado.
¿Por cuantas cabezas ha pasado ya su txapela?
-Por unas cuantas sí. He estado con muchos amigos, con la familia, y se han sacado bastantes fotos.
¿Prolongó mucho la noche de la final?
-Estuvimos cenando en Dima con los amigos de Danel y con los míos, y luego estuvimos en Bergara, pero tampoco acabamos tan tarde.
¿Cuándo se vio campeón durante la final?
-Cuando sonó la chapa en la última jugada. Tampoco tuvimos ventajas grandes. Estuvimos casi todo el rato por delante, pero con ventajas máximas de cinco tantos. Con la pegada que tienen ellos, enseguida te podían acortar esa ventaja. Hasta el final no vi el partido ganado.
Los cuatro finalistas tuvieron que emplearse a fondo durante la final...
-Jugamos contra una pareja -Irribarria y Zabaleta- en la que los dos le daban mucho. Yo estuve muchas veces en el cuadro ocho y en el nueve, y desde ahí es difícil jugar. Eso te pide un esfuerzo, y tampoco quieres entregar la pelota, quieres quitar aire... Sí que acabé bastante cansado, pero a la mínima Danel me ayudaba y entraba de aire, y entre los dos conseguimos ganar.
Zabaleta y usted mantuvieron un duro duelo en los cuadros de atrás...
-Ellos le dieron mucho. Creo que José hizo un partido muy bueno, y yo estuve muchos tramos del partido defendiendo, intentando no entregar la pelota. Me tocó trabajar mucho, Danel me ayudaba cuando podía, de lejos, y hubo tramos en los que me sentí mejor y otros en los que bastante tenía con no fallar, pero sufriendo se pudo ganar.
¿Cual fue la clave de la final?
-Igual, la ventaja del principio y que no les dejamos adelantarnos. Dos veces nos pillaron (10-10 y 16-16), pero no nos adelantaron. Para la cabeza, sobre todo, es importante el marcador. Si te pasan, es más difícil jugar a remolque.
¿Sabe mejor este título por haber vencido a la pareja favorita?
-Más que por eso, por cómo fue la final. Fue un partido duro. Hasta el final no nos vimos campeones y así igual sí que lo disfrutas más. Habiendo ganado a una pareja tan fuerte, sabe muy bien la txapela.
En 2017 ya fue campeón del Parejas junto a Iker Irribarria. ¿Ha vivido esta segundo título igual que el primero?
-Parecido, con mucha ilusión y muy contento. Tanto en la final como en el campeonato nos ha tocado trabajar mucho. En muchos partidos nos ha tocado trabajar un montón e igual ha habido partidos en los que hemos dominado en las segundas partes, pero en las primeras tuvimos que defender bastante. Cuando ves que ese trabajo da frutos sí que hace más ilusión.
Este año, además, ha jugado su cuarta final consecutiva, una cifra que no ha estado al alcance de muchos pelotaris...
-Es algo grande. Ya he dicho alguna vez que cuando debuté no pensaba llegar a ninguna final, y mucho menos a cuatro seguidas. Y ya tengo la segunda txapela. De aquí en adelante no sé qué podré hacer, pero con lo que he conseguido hasta ahora estoy muy contento y hay que celebrarlo.
¿A que aspira ahora?
-Tengo dos títulos de cuatro finales. Yo estoy con la misma ilusión. Ahora vendrán otros campeonatos. Este título es bonito y es como para celebrarlo, pero esto tampoco para. Me considero competitivo y me gusta entrenar, no lo hago porque lo tengo que hacer, voy encantado. Me gusta estar lo mejor posible, tanto físicamente como en cuanto al juego. Motivación para jugar y para trabajar no me van a faltar.