Vitoria - Entre los dos suman ocho títulos nacionales de ciclocrós: cinco él y tres ella. Podrían ser maestro y alumna perfectamente. Son Javier Ruiz de Larrinaga y Luisa Ibarrola, los más laureados en sus categorías en estas últimas temporadas dentro de la modalidad invernal. La corredora de Saratxo ha crecido de manera exponencial al palmarés que iba labrándose el ciclista de Ametzaga de Zuia. El domingo pasado en los Nacionales de Pontevedra pisaron juntos un podio por última vez. Por eso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA quiso recoger ese momento y pulsar las sensaciones que uno tiene de la otra y viceversa. Lo que Ibarrola ha aprendido de Loyo en este tiempo y las lecciones que todavía, aunque ya fuera de la competición, puede seguir ofreciéndole el zuyano a la ayalesa. Hoy compartirán el circuito francés de Ponchâteau y la semana que viene se verán también las caras en Holanda. Todavía sin saber ninguno de los dos si estarán en el Mundial de Dinamarca, donde si finalmente son convocados coincidirán por última vez encima de una bicicleta. “No me esperaba que se retirara tan pronto. Pensé que iba a aguantar alguna temporada más. Fue bonita la despedida que tuvo en Pontevedra”, cuenta Luisa, quien espera que el de Ametzaga no se aparte del todo de la modalidad invernal. “Contar con un referente en Álava que ha estado con los mejores siempre es una ayuda y nunca está de más tenerlo cerca”, afirma la tricampeona nacional.

Y es que cinco temporadas ya sobre el barro dan para aprender de quien ha sido una leyenda del ciclocrós nacional. “Me ha enseñado muchas cosas. Tenerlo en carrera y después de tus pruebas verle correr hace que te quedes con muchos detalles suyos. A comienzos de temporada además organizó el campus y algo de aquello también he aprendido”, reconoce Ibarrola, quien espera que haya más experiencias como esa.

Si por algo ha destacado Ruiz de Larrinaga ha sido por su perseverancia y por su forma de ser. Ni en la victoria se le ha visto eufórico ni en la derrota tocado. Esa dedicación que le ha puesto a cada prueba, a cualquier detalle de su bicicleta o del recorrido en cuestión han sido, sin duda, algunas de las claves que le han llevado a granjearse un palmarés con casi cien triunfos. “Me quedo con las ganas que le pone a todas las carreras, aunque alguna le salga mal. El motor que tiene y el hecho de no tirar nunca la toalla es algo que también destaco de él”, describe Luisa.

En ese camino parece estar ella también, dada la evolución que está mostrando y ya hay quien la ve como la referente del ciclocrós alavés para varias temporadas. “Mi padre me lo suele decir, pero tengo mucho que aprender todavía y no me veo de esa forma y sí más bien como una cadete más”. Aunque pretenda pasar desapercibida hay quien le concede rango de protagonista. “El impacto del Delikia no te lo quita nadie. Aida ganó en élite y no tuvo los ánimos, felicitaciones ni fotos que tuvimos nosotros. Fue algo increíble. Muchos niños se me acercaron a pedirme un autógrafo. Lo llevé bien, pero me pareció raro porque nunca me había pasado eso”, rememora de lo vivido en Pontevedra hace una semana tras ganar el Nacional sub’23. Ahora aguarda con inquietud la llamada del seleccionador nacional para estar en Dinamarca en poco menos de dos semanas. Sería su segundo Mundial, tras el de Valkenburg en 2018. “Espero no tener averías y a mejorar lo del año pasado, que supongo que teniendo un poco de suerte podré conseguirlo, si me llevan. Correr en Bélgica en Navidades me ha dado mucha más chispa”, afirma la de Saratxo, mientras este mes compagina sus entrenamientos con horas de estudio para superar sus primeros exámenes de Fisioterapia.

Sin prisas Mientras, quien ha sido su referente pide para ella paciencia. Sabe que el ciclismo son etapas y no conviene quemarlas todas de un golpe. “No deja de ser una chavala joven y cuando va al extranjero le pasa lo que a nosotros, que la realidad es distinta a la de aquí, por lo que conviene transmitirle tranquilidad. Debe dar pasos poco a poco”, demanda Ruiz de Larrinaga. El objetivo, a su juicio, que debe marcarse Ibarrola es el de progresar y no fijarse tanto en los resultados logrados temporadas atrás. “En Valkenburg compitió con chicas de tres y cuatro años más que ella y si ahora va a Dinamarca le pasará algo parecido. Lo que tiene que hacer es ir mejorando cada curso y a partir de ahí el tiempo dirá si va a ser alguien importante. Es una etapa complicada para ella porque está estudiando y el ciclismo femenino lo tiene más complicado que el masculino. Entiendo que no se le debe meter esa presión extra que le pueda perjudicar”, avisa Loyo.

Y es que las expectativas que se generan por unos buenos resultados en categorías inferiores pueden terminar volviéndose en contra de la ayalesa. “Esta campaña ha decidido empezar más suave pensando en que luego va a hacer carretera y más de uno decía que no andaba. Sigue con su progresión y eso es lo importante. Que haga una temporada de ruta en condiciones le va a ayudar seguro y más en un conjunto que corre pruebas de nivel internacional”, sentencia el pentacampeón de España de ciclocrós.

Javier Ruiz de Larrinaga. Ganador de cinco Campeonatos de España de ciclocrós. Además ha subido al podium en otras cinco ocasiones, bien colgándose la plata o el bronce.

Luisa Ibarrola. La ayalesa ha sumado ya tres títulos Nacionales: uno como cadete en Torrelavega, otro siendo junior en Legazpi el año pasado y el domingo anterior en Pontevedra, ya como Sub’ 23.