Duración: 54:43 minutos de juego.
Saques: 1 de Olaizola II (tanto 13) y 2 de Ezkurdia (tantos 11 y 21).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 418 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 3 de Olaizola II, 2 de Albisu y 9 de Ezkurdia.
Errores: 5 de Olaizola II, 6 de Albisu, 6 de Ezkurdia y 1 de Ladis Galarza.
Marcador: 0-1, 0-4, 1-4, 1-7, 2-7, 2-8, 5-8, 5-12, 6-12, 9-12, 9-15, 10-21, 13-21 y 13-22.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la liguilla de cuartos de final del Campeonato de Parejas de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Buena entrada. En el primer partido, Agirre-Eskiroz ganaron a Víctor-Salaverri (20-22). En el tercero, Alberdi II-Urretabizkaia vencieron a Arretxe II-Iturriaga (6-16).
pamplona - El partido de Barcelona, en la segunda jornada del Campeonato de Parejas, supuso un antes y un después para Joseba Ezkurdia y Ladis Galarza. En el frontón Val d’Hebron recibieron un duro 6-22 a manos de los finalistas del curso pasado, Danel Elezkano y Beñat Rezusta. Los navarros se chocaron con la realidad de bruces en un encuentro que se les escapó entre los dedos y sus adversarios no tuvieron una pizca de piedad. Ezkurdia tomó la iniciativa en Arbizu para revertir la situación. ¡Eureka! Apoteósicos 180 grados. De aquellos polvos imperiales, estos lodos. El delantero ha roto el molde. La agresividad de la txapela del Cuatro y Medio, unida a sus necesidades como dueto, alumbra una versión estupenda como maestro de ceremonias, como líder absoluto de un sidecar en el que Ladis Galarza ejerce de sólido copiloto. Y es que, el zaguero de Baraibar se encuentra en buen momento de forma. Siendo su mayor problema la regularidad, lleva dos encuentros muy buenos, tuteando a zagueros instalados en el Olimpo sin apenas yerros. Ayer únicamente cometió uno. Buen trabajo. El resto, a pesar de que se le cayeron algunas pelotas en los dominios de Olaizola II, lo cosió su delantero. El cóctel arrolló a los hasta ayer únicos invictos del Parejas, que se encontraron con una tormenta perfecta en Iruñea.
Ocurre que el termómetro de la combinación es Albisu y acumuló otro naufragio. Entretanto, Olaizola II, que está asumiendo más labores de bombero que de artista, estuvo desconocido. En cualquier caso, ni el goizuetarra pudo acabar con la fogata iruindarra. Los colorados no tuvieron su tarde. Alejados de su mejor versión, hubo mayores facilidades para los azules, a los que no les tembló el pulso. Ni un paso atrás. Hubo mucha diferencia. Los de Asegarce no funcionaron ni a chispazos. Ezkurdia estaba hambriento de responsabilidad. Además, en el mejor momento colorado, tres yerros seguidos de Albisu emborronaron aún más su destino.
Así, el perfil expeditivo del delantero de Sakana es una perpetua tortura para sus adversarios por la velocidad que imprime al pelotazo. Con todo, la violencia atropelló a los de Asegarce, alineados ad hoc para la consecución de la txapela. El caso es que las brechas abiertas en los primeros compases fueron determinantes. Los colorados, inermes, no aprovecharon sus oportunidades y Ezkurdia sacó tajada a base de curro y velocidad. Fue el pelotari más destacado y el que más pelotazos dio (121).
La cita se rompió en dos estirones (0-4 y 2-8). De inicio, Albisu no estuvo fino y Aimar no tenía el comodín. Mala señal. Aun así, con algún error azul, los colorados encontraron algo de oxígeno. Les duró poco: una tacada. 5-8. Después, comandando Ezkurdia, los de Aspe hicieron leña del árbol caído hasta el primer descanso largo (5-12).
Después, otro tramo de nubarrones azules pareció impulsar a Olaizola II-Albisu. Tres fallos de Ezkurdia y un gancho de Aimar no fueron suficiente sustento. Tres errores consecutivos del zaguero guipuzcoano convirtieron el 9-12 en un 9-15. Al perro flaco... Y no hubo más reacciones coloradas. Los de Asegarce hicieron aguas y el naufragio quedó patente bajo el puño de hierro de Ezkurdia y el saber estar de Ladis Galarza, al que el tiempo le está dando poso. Instalado el marcador 10-21, lo único que maquilló el camino de los derrotado fue un tramo dubitativo de Joseba, que no tuvo ninguna trascendencia en el resultado final.