Vitoria - 25 julio de 2017, martes. 1:19 pm. La cordada formada por los alpinistas vascos Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza rescatan de forma milagrosa al veterano Valerio Annovazzi, abandonado a su suerte por sus compañeros de expedición comercial en pleno descenso y a punto de encontrar la muerte a 7.100 de altitud, solo en su tienda, deshidratado y con claros síntomas de congelación, y sin un halo de esperanza posible al que poder agarrarse. Portaba un pequeño diario y visto la imposibilidad de salir de allí con vida comenzó a despedirse de los suyos.
Al mismo tiempo que el italiano agonizaba, tres vascos que habían fracasado al no poder hacer cumbre, regresaban al campo base. Sin embargo, al llegar les dijeron que Valerio se había quedado a 7.100 metros de altitud. Así, y como en las grandes gestas del alpinismo más puro, el propio sentido humano de la situación llevó a Alberto Iñurrategi, Mikel Zabalza y Juan Vallejo a dar un paso al frente y jugarse la vida por un compañero al que no conocían y del que no había certeza alguna de su estado. Ante la disyuntiva de si después de cuatro días abandonado a semejante altitud estaba vivo o muerto, los vascos tiraron por la calle de en medio porque es lo que había que hacer. “Hoy por ti, mañana por mí”, resumió con sustancial aplomo el viernes Mikel Zabalza al recoger en nombre de sus compañeros el premio al Viaje del año concedido por La Exploradora.
Un reconocimiento que el navarro agradeció huyendo de cualquier comparativa con un héroe. “Para nosotros esto es el ejemplo máximo del alpinismo en el que creemos. Estamos felices porque el Gasherbrum es de las mejores cimas pero la vida es la cumbre más importante. Después de no conseguir terminarla, estamos tremendamente satisfechos por haber podido ayudar a Valerio”, abundó el alpinista ante la ovación del público presente.