Futbolistas embarazadas
El fútbol femenino en España goza en la actualidad de una gran salud. Aunque todavía queda mucho margen de crecimiento en todos los ámbitos, el paisaje ha cambiado por completo en los últimos dos o tres años. La entrada de patrocinadores, la creación de la nueva liga y la mayor exposición han contribuído a crear un mejor ecosistema para las jugadoras en un torneo en el que todavía sigue habiendo mucha desigualdad deportiva y salarial entre los clubes top y el resto. Uno de los frentes en los que avanza el fútbol femenino en este país es la formalización del primer convenio colectivo en el que trabajan la AFE, la Asociación de Jugadoras y la Federación. Uno de los temas en los que quiere garantizar la protección el convenio es en las situaciones de embarazo de las deportistas. Al parecer, es habitual en este país que se rescinda el contrato a jugadoras en su estado o que existan cláusulas fácticas que hagan incompatible el embarazo con la continuidad en el club. Este es otro de esos temas complejos de analizar con perspectiva en estos tiempos sin que te llamen algo acabado por ista donde lo más fino será machista. Sin embargo, creo que es un tema que no se puede interpretar desde el heteropatriarcado y la demagogia dejando de lado las particularidades inherentes al deporte y el juego de elecciones críticas que plantea no ya a los deportistas profesionales, sino a los intentos de ello, desde una fase muy temprana en su vida, cuando el resto de los mortales estamos a otras cosas.
En la mayoría de los casos ser deportista de élite es hacer renuncias constantes mucho antes de saber si serás de los elegidos o acabarás entre la mayoría, esos a los que le queda una historia de barra de bar contando que jugaron con un Casillas random.
La deportista profesional sabe perfectamente que tener un hijo puede que no resulte beneficioso desde el plano físico en su carrera y que hay un riesgo evidente de que su proyección se vea detenida. En el deporte puedes tener el mayor talento del mundo pero si tu cuerpo no responde, olvídate. También conviene recordar que la media de tener el primer hijo en España en este 2018 es a los 31 años. Puedes tener una gran carrera hasta esa edad y ser madre. Puedes jugar hasta los 34 y serlo. O puedes serlo también a los 25 y asumir que alguien no te quiera contratar por tu cuerpo para jugar al fútbol. Aunque sea discutible, puede suceder. Pero al final la decisión va a ser de la madre y su pareja, pero si eres deportista de élite por cuenta ajena el acto puede tener sus consecuencias. Huelga repetirlo, pero quiero recalcar que la reflexión se adscribe únicamente al mundo del deporte. Al final del día esto es una cuestión que puede ser rentable política y mediáticamente en este país pero creo que es mucho más sencilla que todo eso dejado de lado el heteropatriarcado podemita.