Zierbena - Los remeros de Zierbena sacan la trainera y se dirigen hacia la rampa para perderse en las aguas del Cantábrico un día más. Es una rutina habitual desde hace meses. Series en el mar para mantener la forma física y ajustar los conceptos técnicos. Pero esta semana se respira algo diferente en el ambiente. Una oportunidad histórica está a la vuelta de la esquina. “El equipo está tranquilo y con ganas de que llegué el día. Hay que entrenar bien, ajustar un par de cosillas y disfrutar del domingo”, cuenta Juan Zunzunegui, su entrenador. Están a dos días de la segunda jornada de la Bandera de La Concha. Lograron el mejor tiempo por centésimas en la primera regata y ahora quieren defender su liderato. Esta situación es la confirmación de la progresión del club galipo. Con mucha paciencia, cumpliendo objetivos asequibles año a año. Siempre un paso más, pero con los pies en el suelo, sin querer derribar barreras antes de tiempo. La cima está cerca. Zierbena está por fin entre la élite del remo y el domingo lucharán por poner la guinda a una labor iniciada hace muchos años.

Zierbena está en una situación soñada. Hace más de un lustro, cuando deambulaba en la ARC y entró la nueva directiva, se estableció una hoja de ruta a seguir para llevar a la trainera a lo más alto. Las miras estaban puestas en consolidarse en la ACT y a ser posible coquetear con los primeros puestos. La ambición era máxima, pero a la hora de la verdad la realidad decía que era muy complicado llegar hasta el punto en el que se encuentra hoy en día la trainera vizcaína. “Nunca nos imaginaríamos que Zierbena iba a estar peleando con los grandes de arriba, pero fuimos cumpliendo los objetivos paso a paso y concienciándonos de que podíamos llegar”, declara José Luis Herrerías, presidente de Zierbena. Más ambicioso fue Zunzunegui. El técnico vigués llegó a Bizkaia con la clara intención de crecer lo máximo posible con esta entidad y el sueño de estar en lo más alto siempre estuvo presente: “Tenía claro que podíamos llegar a esta situación. Sé la edad que tengo, lo que me queda de remo y me hace ilusión ganar una Concha. Esa motivación y esas ganas no me frenaron para venir a Zierbena en la situación en la que estaba. Igual tengo que esperar otros diez años o no la gano nunca, pero sabía que podíamos tener la opción de pelear”.

El proyecto reciente de Zierbena empezó a cosechar sus primeros frutos en 2011. Los galipos, con Patxi Francés como entrenador, lograron el primer ascenso de su historia a la ACT. No fue el mejor bautismo en la categoría y sufrieron bastante desde las primeras regatas. “El salto de la ARC a la ACT nos pilló a contrapié”, reconoce Herrerías. Fue una temporada dura y en la que descubrieron las dificultades de competir contra las mejores traineras de la Cornisa Cantábrica. Lección aprendida a base de palos. Se necesitaba dar un poco más. Dicho y hecho. Zierbena volvió a caminar victorioso por la ARC-1 y consiguió el ascenso al primer intento. Fue un retorno que terminó por ser definitivo. Los galipos ya solo miraron hacia arriba.

Otra vez en la ACT y con la experiencia pasada todavía en el recuerdo. La directiva decidió “por circunstancias” cambiar a Francés por Zunzunegui, aunque mantuvo la idea fija del club. Haber descendido la temporada pasada no asustó a Zierbena, el objetivo era crecer paso a paso y no hipotecar el club con fichajes o gastos demasiado elevados. “No queremos tener deudas arrastradas. Sabemos lo que queremos y de lo que disponemos, si no podemos lograrlo, no pasa nada. No tenemos ninguna presión ni de los patrocinadores, ni del pueblo, ni de nadie. Poco a poco vamos por nuestro camino y se están consiguiendo buenos resultados”, afirma el presidente. Esa mentalidad se mantiene hoy en día. A pesar de que la trainera está ya en la pelea con los grandes botes, siguen con la misma línea de trabajo. La clave galipa pasa por mantener los pies en el suelo y no querer correr demasiado. “Hemos conseguido esto a base de trabajo e ir creciendo poco a poco. Sin meternos en gastos que no podíamos asumir y llevando la contabilidad correctamente”, añade.

revolución y purga Pero en el camino de Zierbena no han sido todo alegrías y una progresión inmaculada hacia el éxito. También ha habido malos años, tropiezos que supusieron un pequeño paso atrás. En su segunda temporada seguida en la ACT, el proyecto quiso crecer y aspirar a algo más que salvarse cómodamente. “Se puede decir que fue un desastre. Teníamos, en principio, mejor equipo que el año pasado, pero hubo muchos problemas. No hubo tanta diferencia de resultados con respecto al curso anterior, pero como trabajo en el club fue muy duro ese año”, comenta Zunzunegui. Eso hizo estallar una revolución en la tripulación y cambió “el ochenta por ciento de la plantilla”. Fue un momento decisivo para Zierbena. Reconstruirse dentro de una categoría que no tiene piedad de los errores. “A raíz de ahí se cambiaron bastantes cosas. Se empezó a trabajar de cero y se comenzó a incorporar a chavales más jóvenes. En botes cortos anduvimos bien y en trainera también, teniendo en cuenta que era un equipo nuevo”, recuerda el entrenador.

2016 fue un paso atrás para dar el salto definitivo. La siguiente temporada el equipo continuó reforzándose con la llegada de remeros de calidad atraídos porla buena línea del club. Zierbena mantuvo su crecimiento y pudo ganar la primera bandera de la ACT de su historia. Demostró que era capaz de estar un día con los grandes y esta temporada confirmó que ya sus éxitos no eran cosa aislada. Metidos en la pelea desde la primera regata e incluso les faltó algo de suerte para sumar más banderas. La victoria en el estatal fue la confirmación. “En la regata de Bilbao vimos que podíamos estar en la cabeza y poco a poco la gente se lo va creyendo. El pueblo se va animando y cuando ganamos el Campeonato de España fue la puntilla”, afirma Herrerías.

El presidente y el actual entrenador son figuras visibles de la progresión de Zierbena, pero detrás de ellos hay mucho más. “Hay una directiva que lleva muchos años trabajando, un pueblo que está volcándose cada vez más, unos patrocinadores que ayudan cada temporada? En la plantilla pasan unos y otros, pero hay que acordarse de toda la gente que pasó por el club, aunque fuera hace muchos años para mantenerlo con actividad”, expresa Zunzunegui. La Bandera de La Concha sería un premio para todo el trabajo realizado, pero también lo es haber llegado hasta aquí y conseguir una estabilidad importante de cara a años venideros. “El ambiente es muy bueno. Tenemos muchos chavales por detrás y están en una buena línea de trabajo. Zierbena ha crecido como club y la gente está mirando a su espejo. Está claro que cuando estás arriba eres un atractivo para atraer a la gente”, añade Herrerías. Años de trabajo y mucha paciencia para llegar a un lugar privilegiado, a poder ganar la primera jornada de la Bandera de La Concha y verse en una oportunidad única para hacer historia en la localidad.