Vitoria - Su agenda de trabajo está prácticamente saturada en los últimos días, desde que cerrara el acuerdo con Venezuela, a la que la selección de Euskadi se medirá el próximo 12 de octubre en Mendizorrotza en partido amistoso en ventana FIFA, una aspiración que venía de lejos, tanto de la Federación Vasca de Fútbol (FVF) como de la Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. Luis María Elustondo, presidente de la FVF, concierta esta entrevista con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA después de dos jornadas maratonianas de reuniones, tanto en Madrid como en Bilbao y en Gasteiz. “Hay que arañar de aquí y de ahí. No solo se trata de conseguir los apoyos económicos de las instituciones, sino también de entidades privadas”, dice en referencia a un reto, la oficialidad de la selección nacional vasca, que le gustaría llegara más pronto que tarde, aunque consciente de que queda mucho camino por recorrer.

¿Cómo van los preparativos del partido ante Venezuela?

-Estamos casi iniciando. Hemos hecho cosas, pero todavía hay muchas detalles en pañales.

Han consumado uno de los objetivos que perseguían desde tiempo atrás: jugar en fecha FIFA. ¿Por qué ahora y no antes?

-Incluso ahora es difícil. Hemos tenido muchas posturas en contra, incluso desde la Federación Española ha habido opiniones que rebatían que una selección no recocida por FIFA pueda jugar en esas ventanas. Lo hemos tenido que trabajar mucho en Madrid y convencer a unos y a otros para que nos acepten este pequeño paso que queríamos llevar a buen puerto.

Habla de esas reticencias dentro de la Federación Española de Fútbol, pero lo cierto es que este paso se ha dado bajo el mandato de Luis Rubiales y no durante el de Ángel María Villar.

-Así es. La Federación Española que dirige Luis Rubiales creo que tiene un poco más de rigor en los planteamientos. Villar era más tolerante, pero era más difícil sacarle un permiso escrito, tener una autorización oficial en todos los aspectos.

O sea, que Villar suponía una traba para las aspiraciones de la selección vasca.

-Era un hombre que colaboraba, pero no quería meterse en líos. Tuvo algunos problemas con reivindicaciones de carácter abertzale, de temas de lo que pasó en este país con la violencia? Tuvo algunas llamadas al orden del Gobierno que estuviera en su momento, pero estamos hablando de hace años y afortunadamente eso se ha superado.

Pero Madrid continúa teniendo la sartén por el mango.

-En realidad es la UEFA la que tiene que dar permiso para que se juegue un partido internacional en fecha FIFA. Si no lo da la propia Federación Española, la UEFA ni la FIFA no hacen caso. Si mandáramos una solicitud a estos dos organismos, no harían caso y la remitirían directamente a la Federación Española.

¿Detecta una mayor sensibilidad de Rubiales hacia la reivindicación de la selección de Euskadi?

-Es verdad que este es un paso importante para nosotros y para algunos quizá sea poco significante. Obedece a una directiva (la Federación Española) más progresista y menos conservadora.

Porque en 30 años de mandato de Villar Euskadi no ha podido jugar en fecha FIFA.

-Tampoco hemos hecho un esfuerzo explícito de jugar en fecha FIFA. Lo habíamos conseguido con la selección femenina y ahora lo hemos hecho también con la masculina. Ha sido un logro fruto del trabajo de muchos.

El Gobierno Vasco les había exigido jugar en ventana FIFA para sacar músculo reivindicativo. ¿Se han sentido presionados desde Gasteiz?

-Gasteiz ha hecho un trabajo encomiable, pero tampoco ha dado los pasos que quisiéramos. No ha levantado el teléfono, no hace una gestión explícita. Sí hace un apoyo tácito con la Federación Vasca, pero en fútbol tanto la UEFA como la FIFA huyen de cualquier influencia política, no se dejan influenciar en ningún aspecto, ni en la época de Villar ni en la actual. También es cierto que el Gobierno Vasco dirá lo mismo de nosotros, que no hemos dado los pasos suficientes que requiere la reivindicación de la oficialidad.

¿Echa de menos más respaldo desde la dirección de Deportes del Gobierno Vasco?

-No me refiero a eso, sino a que tiene un límite. Puede hacer cosas, pero no puede pasar una raya a día de hoy. Igual puede hacerlo en un futuro próximo.

El Gobierno Vasco les ha propuesta jugar una especie de un torneo Cuatro Naciones. ¿En qué punto se encuentra esta iniciativa?

-Es un proyecto, una ilusión que tenemos todos, que es verdad que lo ha capitalizado la Dirección de Deportes del Gobierno Vasco, pero la gestión está hecha con agentes externos que hacen los contactos, con la Federación Vasca y gente del fútbol. Al Gobierno Vasco no le aceptan entrar en gestiones directas con el fútbol, porque lo tradicional es que no le escuchen. Insisto, todo esto cambiará.

En caso de que se lleve a cabo ese torneo, ¿con qué selecciones se contactaría?

-Hay muchas selecciones con las que quisiéramos, como Gales, Escocia, Irlanda, Catalunya? Tenemos un problema, todas las selecciones tienen sus compromisos, las ventanas FIFA son las que son. Conseguir un torneo Cuatro Naciones no es tan fácil cuando hacerlo con un solo partido ya es complicado. Nunca se puede decir no a nada.

¿Qué pasos tienen que dar tras jugar el partido ante Venezuela?

-Tratamos con agentes oficiales que contactan con selecciones y cuando conseguimos una, por detrás hay varias que han dicho que no. Otras piden cifras imposibles de asumir. No es fácil. Hemos tenido la oportunidad de cerrar el acuerdo con Venezuela y además teníamos el compromiso moral con Araba de jugar en Mendizorrotza, con todas las bendiciones de la Diputación alavesa, el Deportivo Alavés y el Ayuntamiento de Gasteiz.

¿Qué presupuesto exige el partido ante Venezuela?

-Siempre difiere de unas variables, como seguridad, gastos de alojamiento, entradas. Es un presupuesto asequible, en el que podemos empatar o tener pequeñas pérdidas.

No dice la cantidad.

-No es el momento de comentar la cifra.

¿Se va a llenar Mendizorrotza?

-Todo indica que sí. Tanto la actitud del Deportivo Alavés como de las instituciones de este Territorio Histórico han sido excelentes. Hay un ambiente muy positivo y los precios van a ser asequibles.

Si no se llena, ¿supondría un fracaso?

-Si no tenemos 17.000 o 18.000, sí sería algo que asumir como un fracaso. Pero no porque no pongamos los medios necesarios, sino porque no tengamos la recepción necesaria. Creo que no va a ser el caso.

¿El hecho de no ser una selección oficial retrae para llegar a un acuerdo con una selección europea de nivel medio-alto?

-Sí, sin lugar a dudas. Hay selecciones que no ponen pegas a negociar, pero por el hecho de no ser un estado reconocido, no entran a negociar. En Europa tenemos más problemas.

¿Jugar contra selecciones como Bélgica, Croacia, Polonia, por ejemplo, supondría dar un paso de gigante hacia la oficialidad?

-Hemos tenido alguna posibilidad de jugar con Chile. Hemos trabajado también con Bélgica e incluso hace un año estuvimos cerca de llegar a un acuerdo con esta última, que no olvidemos que ha sido tercera en el Mundial de Rusia, lo que habría supuesto un evidente salto reivindicativo. No ha sido un problema económico, sino de posiciones.

¿Qué sucedió para que no se jugara el pasado mayo el partido ante Chile?

-Es algo que pasó, creo que hubo algún desliz, filtraciones en la Comisión que hicieron daño. Se hablaron de cifras que fueron inciertas y no agradó a la Federación Chilena. Hay que tener cierta prudencia que no hubo.

Lo cierto es que Euskadi no comparece desde casi hace dos años, por lo que a la Federación también le toca hacer autocrítica.

-En ese último partido ante Túnez hubo algún tipo de recorte y surgieron fundamentos para que no se jugara en Navidad, porque no resultaba atractivo. Sí es un fracaso que en un campo de 50.000 personas de capacidad, solo hubieran 15.000, pero también es cierto que Catalunya solo reunió a 10.000 en el campo del Girona. Aquello fue un éxito y lo nuestro un fracaso. Es evidente que la actitud del pueblo vasco no es la misma cuando hace años se llenaba el viejo San Mamés independientemente de qué selección viniera.

¿El partido ante Túnez marca un antes y un después debido a ese fracaso de público?

-Nos marca una reflexión a una situación que tenemos que analizar. De lo que fueron encuentros navideños un tanto familiares, con niños y aitites, pasó a ser reflejo de los cambios de la sociedad, más tendentes al garrafón, más informal, no sé cómo calificarlo. Ello frenó al núcleo familiar, pero ya antes del partido ante Túnez hubo deserciones. Túnez vino anteriormente con una selección menos potente que la última y el viejo San Mamés estuvo prácticamente a reventar.

¿Se ha desenganchado la sociedad con la selección vasca?

-No creo. Se han cambiado actitudes, comportamientos socio-políticos, que a día de hoy se han modificado. La gente quiere ver a la selección en competición y en eso estamos.

El viernes arranca la nueva Liga de las Naciones de Europa. ¿Podríamos ver a Euskadi en la próxima edición de este torneo, que ofrece un cariz diferente a una Eurocopa?

-Es muy difícil prometer nada, porque este proceso es muy lento. Las trabas las ponen las mismas federaciones, pero poco a poco se van rompiendo dogmas y quizá las próximas generaciones lo puedan conocer.

Es un torneo dividido en cuatro categorías con ascensos y descensos en función del ‘ranking’ de cada selección. ¿En qué grupo metería al equipo de Euskadi?

-No sabría decirlo de forma exacta, pero sí creo que estaríamos a un gran nivel e incluso iría más lejos aún, estaríamos en serias condiciones de superar una fase de clasificación para un Mundial.

¿El hecho de jugar en fecha FIFA debe favorecer que jugadores como Javi Martínez, Ander Herrera, Monreal? puedan competir con Euskadi?

-Sabemos que tenemos una dependencia de la selección española, pero si no son convocados, son susceptibles de jugar con nosotros.

¿Han hablado con ellos?

-José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri quieren llevar el mejor equipo posible. La convocatoria de Luis Enrique no sabemos cuál será para octubre. Pero los que ha mencionado están en nuestra lista.