Bilbao - La feria de Aste Nagusia se mantiene. Esa es la conclusión a la que llegan las empresas pelotazales y los responsables del frontón Bizkaia de Bilbao. Alrededor de 3.420 espectadores se han desplazado al emplazamiento de Miribilla para disfrutar de los cuatro días de pelota a mano profesional programada por la Liga de Empresas. “Los números son prácticamente similares a los de los cursos anteriores”, recita Rafa Etxeberria, gerente de la empresa Asegarce, quien valora que hubo un factor diferencial con respecto a la campaña precedente: la celebración de las bodas de plata de la escuadra bilbaina, lo que se tradujo en un festival especial en la final de Aste Nagusia en 2017 y se repartieron “muchas invitaciones”. El Bizkaia rozó las 2.000 localidades (1.930). “Ha funcionado de un modo similar. Las sumas en comparación al año anterior han sido parejas”, desgrana.
De este modo, al igual que el curso pasado, el día más flojo fue la final del Torneo Bizkaia, pero se repitieron los guarismos. En 2017 hubo 650 espectadores y el martes, 640. “Consideramos que es importante que los espectadores respondan el primer día de la feria, porque hace un efecto de arrastre que atrae a más público en los enfrentamientos posteriores”, define Etxeberria, quien agrega que “nuestra intención es hacer algo similar a lo que se oferta en San Fermín, feria en la que ofrecemos una final -la del Cuatro y Medio de San Fermín- para abrir el espectáculo, que atrae gente. Es nuestra asignatura pendiente”. La cuestión es que la amplitud del Bizkaia de Bilbao se torna un problema. La cancha dispone de 3.000 asientos y es muy complicado registrar una imagen parecida a la de la competición iruindarra, que vive de llenazo en llenazo.
“Más festivales no se pueden dar en comparación con otras ferias y menos, tampoco. El formato de tres citas de Aste Nagusia, de semifinales y final, es adecuado para la afición bilbaina. Además, por otro lado, no se puede programar el viernes, porque solemos dar la final el sábado y los pelotaris necesitan descanso. No hay otra fórmula”, añade Etxeberria.
Respecto al torneo festivo, la primera semifinal de 2017 tuvo una entrada mayor. Olaizola II-Urrutikoetxea y Elezkano II-Zabaleta consiguieron meter en el recinto pelotazale a 850 espectadores. Ya fuera por la presencia de los dos pelotaris de Zaratamo en liza o no, el efecto llamada dejó un buen aforo. Por su parte, en la eliminatoria del miércoles entre Altuna III-Martija y Elezkano II-Zabaleta no se pudieron igualar esos números. En total, acudieron 650 aficionados. “Contamos con el hándicap de que los dos primeros días hizo muy buen tiempo”, confiesan desde la gerencia de Asegarce y el frontón.
En Las Antípodas está situada la segunda semifinal de la cartelera bilbaina. El enfrentamiento entre Olaizola II-Larunbe y Arteaga II-Albisu congregó a 750 fieles. Hace un curso, Bengoetxea VI-Larunbe y Altuna III-Rezusta llevaron a 600.
En la final sí que hubo una mayor afluencia en 2017: 550 espectadores más. “A pesar de ello, consideramos que el número es similar, porque el evento del 25 aniversario de Asegarce implicó muchas invitaciones”, reafirma Etxeberria. “De todos modos, lo conseguido para una final está muy bien (1.379). Quitando la pelea por el cetro de San Mateo en Logroño, no hay otra competición veraniega en la que se supere esa cantidad”, recita el gerente de Asegarce.
600 espectadores en pala Por otro lado, el lunes y el viernes se programó el Villa de Bilbao de pala. En la final se congregaron 600 aficionados. “Hubo más gente que el año pasado”, analizan desde la empresa Innpala.