málaga - Ojea el libro de ruta, desmenuza las etapas una por una y, casi sin querer, se detiene en la del próximo 12 de septiembre, la etapa que partirá de Getxo y acabará en lo alto del monte Oiz. Odriozola sueña con que uno de sus pupilos levante allí los brazos. “¿Por qué no?”, se pregunta.
Hoy es el gran día, debutan en la Vuelta. ¿Está nervioso?
-Lo que estoy es muy contento, aunque no se refleje en mi cara después de tantos golpes y tanto trabajo. No te voy a engañar, también estoy un poco nervioso. Estoy muy contento del equipo en general, de todo lo que se han implicado y hemos conseguido antes de llegar aquí. Sobre todo, eso. La palabra puede ser satisfacción.
¿Satisfecho hasta qué punto?
-No puede haber más que este. Si ganamos una etapa en la Vuelta lo superará o andará parecido. Además, estamos en el hotel Guadalmar, donde ya me alojé como director de Euskaltel. El retorno de Euskadi a una vuelta grande tiene estas coincidencias también. Y es bonito recordar aquellos tiempos en el mismo hotel. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo y esté de nuevo en esta situación tras cuatro años de mucho trabajo y sufrimiento.
Aquel proyecto de Euskaltel-Euskadi debe ser un espejo en el que mirarse, aunque con matices?
-Está claro. Nuestro objetivo ahora mismo es ser coherentes con lo que somos. Hemos llegado hasta aquí gracias a Murias y al trabajo realizado. Euskaltel desapareció porque creo que quiso estar en un nivel de exigencia en el que no podía estar por temas económicos. Nosotros lo que queremos es todo lo contrario. Ser y hacernos fuertes en la categoría Continental Profesional con una buena gestión. Y a partir de ahí, nunca rechazar ser WorldTour. ¡Claro que me encantaría serlo! No es una cuestión de que no quiera ser más grande, pero el tiempo dirá.
Sería absurdo cerrarse puertas, ¿no cree?
-Sí, lo sería. Ahora mismo, con un equipo pequeño y en nuestro primer año en esta categoría, vamos a correr la Vuelta habiendo ganado seis carreras esta temporada y estando casi entre los diez mejores equipos del ‘ranking’ europeo ante proyectos con bastante más presupuesto que el nuestro. La realidad es que hemos superado todas esas expectativas y en el futuro quizá podamos llegar al WorldTour, pero si quieres hacer un buen equipo Continental Profesional, con el que poder ganar la invitación para el Tour de Francia, que creo que podemos lograrla, hay mucho trabajo por delante. Lo que queremos es que desde donde estamos, ser igual de protagonistas y correr las mejores carreras para fortalecernos.
El ciclismo tiene cosas buenas y esa es una de ellas. ¿Cómo de cerca ve alcanzar el sueño de correr el Tour?
-A día de hoy estamos en la élite que nos interesa. Disputamos carreras en las que nos enfrentamos a los mejores equipos y corredores del mundo y tenemos una buena base de trabajo. El siguiente paso sería llegar al Tour, pero para eso hace falta un impulso más que Murias y yo no podemos dar solos. Pero ese trabajo está hecho y a poco que haya un apoyo, quizá no el año que viene, pero en dos o tres seguramente sí, podamos llegar.
¿Qué pasos tienen que dar para ello?
-Estamos en el camino. El paso era ser un equipo Continental Profesional, que Euskadi volviera a la élite. Y ha vuelto. Además, cumpliendo todo lo que habíamos dicho y todo lo que pretendíamos hacer. A partir de ahí es un punto de inflexión para ver lo que queremos. Hay que valorarlo todo y ver si alguien le quiere dar un impulso. Porque lo necesitamos para seguir creciendo y poco a poco llegar a lo que hemos dicho. Ahora, el siguiente paso natural es correr el Tour de Francia. Tenemos prisa por dar esos pasos, no entiendo que tengamos que recular. Hay que mirar siempre hacia adelante y el siguiente paso natural es pensar en ir al Tour con marcas que se identifiquen y nos apoyen.
Llevan tiempo trabajando con distintas empresas vascas para que se unan a su proyecto. ¿En qué situación se encuentra a día de hoy la búsqueda de un nuevo patrocinador?
-La realidad es que a día de hoy no hay un nuevo patrocinador, porque de ser así lo llevaríamos en el maillot. Es verdad que hemos mantenido conversaciones serias, como las que nos caracterizan a nosotros. Hemos hablado con empresas que han mostrado su interés y espero que alguna dé el paso.
¿Es optimista?
-Sí, yo sí. Ese optimismo me ha hecho llegar hasta aquí, pero también puede darse el caso de que no lo encontremos. Porque no vives de las palabras, sino de hechos, de los mismos que nos han traído hasta aquí. Esperemos que el optimismo que tengo se confirme en hechos, que es lo que necesitamos.
¿Qué pasaría si no llega? ¿El equipo continuaría el año que viene?
-Voy a ser muy claro. A día de hoy, ni Murias ni nosotros contemplamos que este proyecto no siga. Pero la realidad es que dependiendo de todos estos movimientos y todo lo que pase, se tomará una decisión cuando nosotros creamos que hay que tomarla. Después de cuatro años asumiendo todo el peso de traer a Euskadi hasta aquí, no veo sentido darle a esto una continuidad de la misma manera. Yo no le veo sentido. Vamos a ver lo que sucede.
¿La Vuelta debería ser el impulso definitivo para encontrar ese sponsor?
-Debe serlo, sí. Ahora estamos en un momento en el que se está disfrutando de lo conseguido. Tenemos la tranquilidad moral, ética y sobre todo la satisfacción de haber cumplido con todo lo que hemos dicho y llegar a donde hemos llegado, que es estar presentes en una vuelta grande. A partir de ahí, hay un punto de inflexión muy grande que derivará en que dentro de dos o tres semanas enfocaremos hacia dónde va esto.
¿Qué le va a ofrecer Murias a la ronda española?
-Espero que le ofrezca lo mismo que hemos ofrecido en todas las carreras. Ser un equipo combativo, tener personalidad y que la gente vea que corredores que no han corrido nunca en una grande, van a estar peleando con los mejores. Encontraremos nuestro hueco para ser protagonistas, para que la gente vea que cuando tienes un sueño, estos se pueden cumplir. Los límites los pone uno mismo y nosotros no tenemos límites. Eso nos está haciendo ser cada vez más grandes, pero sabiendo que llegarán momentos difíciles. Es el primer año que se corre una grande y algún día nos podrá pasar factura, pero no me preocupa. Venimos a la Vuelta con los deberes hechos, con el deber cumplido y la satisfacción de que el mayor triunfo posible es estar aquí. A partir de ahí, ese nivel de exigencia que nos ponemos no se puede volver en nuestra contra.
¿Sería suficiente dejarse ver o al equipo se le debe exigir ganar?
-Siendo sensato, te diría que sí. Pero con mi mentalidad y mi forma de pensar, es que no. Las carreras están para ganar y nosotros jugamos a ello. Hemos podido ganar en muchos sitios donde era imposible. ¿Por qué no podemos ganar en la Vuelta? Ese es el objetivo. Es lo que nos ha traído aquí y con esa mentalidad vamos a salir.
¿Qué etapa imagina vencer?
-La de Oiz. Me imagino estando con opciones de ganarla con gente que tenemos capacitada en ese terreno. Pero imagino también ver a Prades o a Aberasturi en etapas que les van bien. Luchar por un triunfo de etapa es algo con lo que podemos soñar.