El PGA Championship que se hace centenario y comienza hoy en el Bellerive Country Club de Saint Louis (Missouri) tendrá pendiente a todo el golf vasco. A la presencia ya habitual de Jon Rahm, se suma la de Adrián Otaegui. El donostiarra se quedó a las puertas de debutar en el British Open, pero hoy cumplirá uno de sus sueños cual es el de estrenarse en un major y de compartir campo con los mejores del mundo. Otaegui tenía su plaza ganada hace unas semanas por lo que ha podido prepararse para el momento álgido de su carrera hasta ahora. “Desde que me hice profesional he ido en una línea ascendente que quiero seguir manteniendo”, comenta Otaegui, que se ha metido entre los 100 primeros del mundo y espera que eso le sirva para poder disputar más torneos en América en el futuro.
Para el de Barrika, en cambio, este PGA Championship es otro paso más, el décimo grande que disputa , y le llega en plena fase de ajustes en su juego. “He trabajado mucho en el gimnasio y he ganado en fuerza”, explica Rahm, que debe calibrar sus palos para adaptarlos al hecho de haber ganado distancia en sus golpes. En el US Open y The Open Championship no pasó el corte y esa se presenta como su máxima motivación esta semana. Como siempre, el vizcaíno afronta el torneo con buen ánimo y ambición para tratar de seguir sumando buenos resultados en este tramo final del curso en Estados Unidos. Con una victoria en el PGA Tour y otra en el Circuito Europeo, Jon Rahm considera su año como “consistente” y confía en elevar su nivel en el último cuarto del año en el que podrá luchar por ganar la FedEx Cup y la Race to Dubai. En el Bridgestone Invitational su resultado se quedó corto para sus méritos globales por culpa del putt, pero lo atribuye más a una cuestión de mala fortuna, “muchos de ellos no quisieron entrar”, que a un problema que le deba preocupar a estas alturas.
Pero es un aspecto siempre clave, más en un campo como el de Bellerive, que ha sufrido por la poca lluvia que ha recibido y ha estado cerrado durante varias semanas. Los greenes tienen un aspecto feo, pero en los últimos días ha caído bastante agua en esta zona de Estados Unidos y los jugadores, después de las vueltas de práctica, creen que no debe ser un impedimento para que se pueda ver buen golf. En todo caso, el estado del campo es una incógnita en un recorrido que, además, pocos jugadores conocen a fondo. “Si el campo está lento, pesado y largo es mejor para mí. creo que esta preparación beneficia a los jugadores largos y agresivos, así que por mí no hay ningún problema”, asegura Rahm, que jugará hoy a partir de las 20.37 horas de Euskadi con Jordan Spieth y Justin Rose en uno de los partidos estelares. Un poco después, saldrá Adrián Otaegui junto a los estadounidenses Brendan Steele y Kevin Na, dos buenas piedras de toque.
El de Barrika tiene retos por delante ante de pensar en la Ryder Cup y este major, que por última vez se disputa en agosto ya que el año próximo pasará a mayo, es uno de ellos. El vizcaíno ya está clasificado por el ranking mundial, “salvo que juegue de forma pésima en los próximos torneos”, y por eso prefiere centrarse en su juego. Pero es inevitable que en Saint Louis la Ryder planee en el ambiente porque muchos jugadores quieren ganarse su plaza o, al menos, demostrar a los capitanes que merecen una invitación.
Así, en Bellerive estarán los dos, Jim Furyk y Thomas Bjorn. que en los dos primeros días formarán en partidos qie quizás tienen poco de casuales. Furyk jugará con Tony Finau y Xander Schauffele, dos de los aspirantes a entrar en el equipo estadounidense y que tratarán de hacer méritos ante quien tiene la última palabra. Lo mismo ocurre en el equipo de Europa, en el que gente a la que se considera indiscutible como Sergio García o Henrik Stenson por resultados. Bjorn tendrá a su lado los dos primeros días a Rafa Cabrera, lo que supone una presión añadida para el canario, que necesita un buen resultado para hacer valer su candidatura. “Tengo que jugar bien y ese es mi objetivo, pero de un día en un día”, reconoce Cabrera sobre la papeleta que se le presenta en el último major del año, también la última oportunidad.
Entre los favoritos, Justin Thomas saldrá en busca de su segundo Trofeo Wanamaker consecutivo tras vencer en Akron la semana pasada. El torneo también puede ser importante para Jordan Spieth al que solo le queda el PGA Championship para completar el cuarteto de majors. Qué mejor que lograrlo en una cita centenaria.