Brno - Si el Gran Premio de la República Checa alzó el telón el jueves con el gallinero de Ducati agitado y sus dos pilotos, Andrea Dovizioso y Jorge Lorenzo, batiéndose el cobre ante los micrófonos, ayer terminó con ambos protagonistas dirimiendo sus diferencias donde tocaba hacerlo, sobre el asfalto de Brno. El italiano y el mallorquín mantuvieron una preciosa pugna en las vueltas finales de la carrera y finalmente fue el de Forlimpopoli el que pronunció la última palabra, adjudicándose una victoria que no saboreaba desde la cita inaugural del Mundial, en Qatar. Dovizioso, que partía desde la pole, abrió carrera durante la mayor parte de los giros al trazado checo, Lorenzo fue claramente de menos a más, ofreciendo un buen espectáculo en los momentos de mayor tensión, y entre ambos se jugó la gloria checa, pues Marc Márquez, enganchado a la cabeza de la prueba de principio a fin, se mantuvo en un discreto plano, amagando únicamente con un fugaz hachazo en la vuelta final, para acabar tercero, lo que le vale para aumentar su ventaja al frente del Mundial. El de Cervera saca ya 49 puntos a Valentino Rossi, que cruzó la bandera a cuadros en cuarta posición tras adelantar a Cal Crutchlow sobre la bocina.

“Cuando tienes a Lorenzo cabreado normalmente siempre es peor”, espetó Jorge el jueves para responder a su compañero de equipo, que antes había argumentado que el método de trabajo del mallorquín, que el próximo ejercicio emigrará a Honda, “no era el más adecuado para Ducati”. “Creo que no tiene del todo claro en su cabeza qué es lo que pasa”, contraatacaba a renglón seguido el italiano y el pollo ya estaba montado, el morbo quedaba servido y en río revuelto fue Dovizioso el que salió triunfante. Aunque no fue un paseo. En la salida, Valentino Rossi amagó con reverdecer laureles y tomó la delantera, aunque su compatriota reinstauró el orden con celeridad en una carrera que perdió en la primera vuelta a Maverick Viñales, Bradley Smith y Stefan Bradl en la misma montonera.

Con Márquez cómodamente instalado a rueda de Dovizioso y Lorenzo alejado de la cabeza en las primeras vueltas, la carrera amenazaba con ser un duelo a dos bandas con Rossi como artista invitado. El multicampeón de Yamaha, que en el presente ejercicio sólo había sido punta de lanza de un Gran Premio durante un giro, amagó con saltarse el guion establecido a 14 vueltas del final, pero su efervescencia no tuvo continuidad y poco después quedaba ya engullido en la quinta posición.

Y mientras el italiano perdía chispa, Lorenzo fue poco a poco recuperándola. Al de Ducati le costó dar con un buen ritmo de carrera, pero cuando por fin lo encontró consiguió conectar con el grupo cabecero. Primero dio buena cuenta de Rossi, posteriormente, a cinco vueltas del final, fue Crutchlow el que no pudo resistirse al mayor ritmo de su rival. Así las cosas, el mallorquín no tardó en colocarse a rueda de Dovizioso y Márquez y su ataque a ambos tampoco se hizo esperar. Absolutamente desatado, dispuesto a no hacer prisioneros, Lorenzo protagonizó un fantástico doble adelantamiento a cuatro vueltas del final, pero su primera plaza le duró un abrir y cerrar de ojos. Su compañero de equipo -y ahora enemigo declarado-, machacón de principio a fin, recuperó una vez más el liderato al igual que ocurriría instantes después a falta de dos vueltas para el banderazo a cuadros. En el penúltimo paso por meta, el italiano consiguió abrir algo de hueco y la incertidumbre se trasladó a su espalda. Márquez, en segundo plano, trató de obtener beneficios en el caos, pero cuando vio que Lorenzo contestaba de inmediato a su hachazo optó por activar el modo Mundial. El de Cervera no arriesgó más de lo necesario y se confirmó con subir al tercer escalón del podio, lo que le valió para abrir todavía más brecha en el Mundial. Dovizioso se apuntó la batalla y la lucha particular con Lorenzo, pero la de Márquez es otra guerra distinta.