2 Roberto Calvo
berlín ? Hace un año, la delegación española regresó de los Mundiales de atletismo de Londres sin ninguna medalla por primera vez en su historia y con la sensación de que los éxitos iban a tardar en volver a un deporte que había perdido a sus grandes referentes. Sin embargo, ese pesimismo se ha tornado casi en euforia, a las puertas de los Europeos que comienzan el lunes en el maravilloso e histórico Estadio Olímpico de Berlín. El nivel competitivo no es el mismo, pero una nueva y joven generación de atletas ha brotado de forma fulgurante para que España se plante en la cita continental con la tercera delegación más numerosa y fundadas esperanzas de superar las ocho medallas logradas hace dos años en Amsterdam, una de las cuales, el oro de Ilias Fifa en los 5.000 metros, ha quedado en entredicho por culpa del dopaje.
Hay varios atletas que llegan con marcas de podio en un equipo del que Bruno Hortelano es su figura más mediática, pero que cuenta con otras bazas importantes, incluso en sectores que habitualmente han pasado desapercibidos en otros campeonatos. Curiosamente, en los 1.500 metros masculinos, una de las pruebas fetiche del atletismo español a lo largo de la historia, solo habrá un atleta, el gallego de 20 años Adrián Ben. Hay más opciones de medalla o de acumular finales por debajo y por encima de esa distancia. Esto habla quizás de un cambio de mentalidad, de que ha calado la ambición y el descaro que transmiten atletas como el mismo Hortelano, pero también Saúl Ordóñez, Óscar Husillos, Pablo Torrijos, Orlando Ortega, Adel Mechaal, Álvaro de Arriba, Ana Peleteiro o María Vicente, que debuta en una gran cita con solo 17 años con su futuro enfocado al heptalón.
En mitad del ciclo olímpico, empiezan a asomar las estrellas que deben brillar en Tokio y estos Europeos son una oportunidad de atrapar las medallas que en los Juegos van a estar más complicadas. Bruno Hortelano, recuperado del grave accidente que sufrió tras los Juegos de Río y apoyado en su gran récord de España de 20.04, busca repetir el oro de hace dos años en los 200 metros, pero por ahí anda Ramil Guliyev, el turco al que derrotó en Amsterdam, pero que heredó en 2017 el trono mundial en la distancia de Usain Bolt y es el único que ha bajado de 20 segundos este año.
apuestas seguras Guliyev parte como una de las figuras de este campeonato, que siempre sufre en la comparación con las citas mundiales y olímpicas. Pero el atletismo europeo vende igualdad y emoción en la lucha por las medallas. De momento, busca alguien que coja el relevo al dominio de Mo Farah en las pruebas de fondo, ahora que el británico-somalí está enfocado al maratón. Renaud Lavillenie, capaz de lo mejor y de lo peor con la pértiga; Jimmy Vicaut, que parte como favorito en la recta de velocidad con permiso del turco Ali Harvey y los británicos Prescod y Hugues; Pedro Pablo Pichardo, el cubano que compite por Portugal y ya ha superado los 18 metros en el triple salto; Andrei Syubenkov, el mejor de largo en los 110 vallas, o el trío alemán Vetter-Hofmann-Rohler, que pasan sobradamente de los 90 metros en la jabalina, apuntan como claros podios entre los hombres.
Ese papel, el de medallista casi segura, le debe corresponder también a Dafne Schippers, pero la holandesa no está muy fina este año y, de hecho, en los 100 metros la británica Dina Asher-Smith y la suiza Mujinga Kambundji tienen mejor marca que ella. La belga Naffisatou Thiam, campeona olímpica de heptatlón, llega justa tras una lesión, pero lo normal es que gane, lo mismo que Mariya Lasitskene en el salto de altura, donde Ruth Beitia se impuso hace dos años. La holandesa Sifan Hassan debe imponer en los 5.000 metros su reciente récord de Europa. La británica Laura Muir no ha querido doblar para centrarse en el 1.500, su prueba favorita, y la croata Sandra Perkovic no debe tener rival en el lanzamiento de disco porque su marca es más de diez metros mejor que la de sus rivales.
Estas y algunas otras son apuestas seguras, pero habrá sorpresas en unos Europeos multiétnicos que pueden dar también carpetazo a una época, la de las nacionalizaciones a discreción. La IAAF se va a poner más rígida en este asunto para evitar casos que rozan el fraude y desvirtúan el atletismo europeo y mundial. La selección española no ha sido ajena a esa tendencia, pero sus mejores bazas actuales son de fabricación propia, atletas que han ido surgiendo desde abajo para cambiar el presente y el futuro en apenas un año. l