Vitoria - Los hermanos Pou han completado con matrícula de honor el tercer desafío del North Face 4 Elementos, correspondiente a El Fuego. Los alaveses viajaron a la isla africana de Sao Tomé y Príncipe a principios de julio con el objetivo de escalar el segundo cuello volcánico más grande del planeta, el Cao Grande. A pesar de las dificultades debido al temporal, Eneko e Iker consiguieron abrir una nueva vía de escalada y ascender por la ruta inglesa, coronándola en escalada libre por primera vez. Es decir, se valieron únicamente de sus propias manos y pies, en un ejercicio de fuerza en el que no se emplean medios artificiales como clavijas, cuñas de madera o anillos de cuerda.
La lluvia ha sido el gran inconveniente para los escaladores vitorianos durante la aventura. En toda la expedición, solo ha dejado de llover dos días, jornadas que aprovecharon para realizar ambas ascensiones. En la primera ocasión escalaron el Cao Grande en libre creando una nueva ruta de ascensión, completando el objetivo principal que se habían marcado. La nueva vía cuenta con dificultades muy altas de hasta 8b+ y una longitud de 450 metros, lo que la convierte en la más difícil de todas las realizadas hasta el momento. Por si fuera poco, se encontraron con una pared resbaladiza a causa de lo que llovió en los días anteriores y se vieron envueltos en la niebla. Realizar esta hazaña les llevó un total de 14 horas. Llegaron a la cumbre con los últimos rayos de sol del día, una hora antes de anochecer, y volvieron al pie del cuello volcánico sumidos en la oscuridad.
A esta primera ruta la han llamado Leve Leve, haciendo referencia al dicho popular más famoso de las islas, que traducido al castellano significa tranquilo tranquilo, nombre muy apropiado debido a la dificultad y peligrosidad de la ascensión.
Una aventura llena de peligros Con el objetivo cumplido y a pesar del cansancio acumulado, los Pou y Manu Ponce no se conformaron y aprovecharon el segundo día sin lluvia para escalar en libre la ruta inglesa Nubivagant (dificultad 8b y 455 metros de longitud). Esta vez fueron 12 las horas ininterrumpidas que pasaron desde que los escaladores dejaron el campamento hasta que volvieron. Si durante la primera ascensión el mayor problema fue la roca mojada, esta vez el hándicap se multiplicó por dos, ya que la lluvia previa había sido mucho mayor y la ruta estaba empapada. De hecho, tuvieron que hacer frente a una pequeña cascada en varios tramos.
Otro peligro presente en las dos ascensiones fue el desprendimiento de rocas sueltas. Los escaladores tiraron involuntariamente infinidad de bloques que estuvieron cerca de producirles un accidente grave y dejaron inservibles algunas de las cuerdas. Sin embargo, agradecieron no volver a encontrarse con la mortal cobra negra durante la última fase de la aventura.
Completado este desafío, a los hermanos Pou les toca ahora pensar en el cuarto y último elemento del reto. En febrero de 2017 abrieron la ruta Aupa 40 en la Patagonia Argentina (aire), en julio de ese mismo año crearon la vía Yakumama en la Amazonia Peruana (agua) y ahora han hecho lo propio con Leve Leve en la isla africana de Sao Tomé (fuego, aunque el agua ha sido el gran e inesperado protagonista). A los vitorianos solo les queda el elemento tierra para cerrar esta serie de aventuras, por lo que en los próximos meses buscarán una escalada que case con él.