Que a una medallista olímpica las revistas le llamen para preguntarle por sus hábitos de belleza -y no por el oro que acaba de ganar-, que a una nadadora plusmarquista le cuestionen sobre con quién irá a la cena de celebración -y no por cuál será su siguiente objetivo deportivo-, o que a una piragüista le coloquen una trenza postiza para que parezca más femenina en las fotografías son problemas con los que todavía tienen que lidiar las deportistas de alto nivel. Son un ejemplo de la desigualdad que aún existe en el deporte de máximo rendimiento y que desde el Congreso Mundial sobre Mujer y Deporte se pretende erradicar. La séptima edición de dicha convención, que se celebra cada cuatro años y que en esta ocasión tuvo lugar en Botswana, contó con la asistencia de la coordinadora de Basque Team Olatz Legarza Albizuri, la responsable de servicio de la dirección de Actividad Física y Deporte Elisabet Altube Bengoa y la técnica de deportes del Gobierno Vasco Dorleta Ugalde. “Este congreso es un grupo de trabajo internacional sobre mujer y deporte, en el que forman parte sobre todo organismos públicos, federaciones y comités olímpicos. Aunque está abierto a todo el mundo, así que también es habitual ver a deportistas e investigadores. El objetivo es promover la participación de las mujeres en el ámbito deportivo en términos de calidad”, explica Ugalde. Y es que, en opinión de la técnica de deportes del Gobierno Vasco, no solo vale impulsar y promover el deporte femenino, sino que además hay que hacerlo bien y en condiciones: “En este congreso medimos lo que han hecho las instituciones en los últimos años y la evolución del trabajo. Pero no consiste solo en hacer cosas por las mujeres, sino que hay que estudiar también en cómo llevar a cabo esas iniciativas y generar más conciencia de género”.

El acoso y los abusos sexuales en el deporte, la presencia de la mujer en los órganos de decisión de las entidades y las federaciones y el tratamiento del deporte femenino en los medios de comunicación son algunas de las materias que se trataron en esta cita, siendo el último tema el protagonista de la conferencia que Ugalde ofreció en Botswana. “Solo el 5% de las informaciones de los medios especializados son protagonizadas por mujeres, pero es que además, esas publicaciones no mejoran en términos de calidad: no están en las portadas, ni en los titulares, ni en las noticias con foto... Siempre se ha comentado que el retorno económico de los hombres es mayor, pero es que si las mujeres tienen menos espacio en los medios y en la sociedad, si la gente no tiene ni idea de quiénes son, es imposible que el retorno económico sea el mismo”, resume la técnica. Por eso, las conclusiones que desde Basque Team se sacaron del congreso africano es que “se van dando pasitos” hacia la igualdad, pero que “todavía no llega a calar” en la sociedad, por lo que “hay que llevar a cabo más iniciativas”. Así pues, como el deporte de alto nivel es competencia directa del Gobierno Vasco, Ugalde explica que “adaptamos las becas a las necesidades de las mujeres. Fuimos los primeros a nivel estatal en dar becas a las deportistas que estaban embarazadas, hemos impartido formación en género para las federaciones vascas y también hemos implantado planes de igualdad en dichas federaciones”. De hecho, desde el Gobierno Vasco se han dado cuenta de que las necesidades de las mujeres van más allá de la mera biología y que, por ejemplo, “ellas tienen más claro que no podrán vivir en su futuro de su carrera deportiva. La mayoría de las deportistas de alto nivel tenían estudios superiores o estaban en ello, por eso les ofrecemos ayuda para compatibilizar su carrera con la universidad”, concluye Ugalde.

Una consultoría Asimismo, Basque Team también se ha sumado a las iniciativas que se están llevando a cabo desde el Gobierno Vasco en los últimos años y recientemente ha contratado los servicios de una consultoría para atender las demandas de los deportistas -mujeres y hombres- en cuestiones de género. “Es un servicio que acaba de empezar porque primero les hemos dado una formación para que fueran conscientes de que esto no es solo una cuestión de las mujeres, sino que es un problema social. Que ellos tienen igual de responsabilidad para que el trato sea respetuoso y equitativo. Luego, se les dio una persona de contacto y se les ofreció la consulta”, explica Ugalde.