vitoria - Por difícil e incluso imposible que pueda parecer a estas alturas del campeonato, apenas un puñado de puntos separan la clasificación actual del Alavés con El Pitu Abelardo al frente con respecto a la que el curso pasado firmaba Mauricio Pellegrino. Solo cinco puntos de diferencia cuando se llevan cumplidas 24 jornadas del campeonato que podrían ser incluso menos si la escuadra albiazul no se hubiese dejado dos puntos el día del duelo ante el Leganés en Mendizorroza. Entonces, con un 2-0 a favor y apenas veinte minutos por delante para el final, la falta de experiencia y un par de controvertidas decisiones arbitrales permitieron a los pepineros sumar un empate a todas luces injusto. De no haber sido así, el Glorioso llevaría a estas alturas de la liga 30 puntos, solo tres menos (un partido) que los que tenía aquel maravilloso equipo que el curso pasado desplegó un fútbol notable que le permitió, además de concluir noveno al final del campeonato con 55 puntos, acceder por primera vez en su historia a una final de la Copa del Rey. Una cita histórica que para su mala suerte le enfrentó a uno de los mejores Barça de todos los tiempos, comandado por un Leo Messi que no dio opción alguna a los albiazules en la final.
Un equipazo en toda regla aquel, en cualquier caso, al que ahora, al menos en cuestión de puntos, parece querer equipararse la actual plantilla. Pero, ¿cómo es posible eso teniendo en cuenta el pésimo arranque liguero, el goteo de entrenadores que han ido desfilando por su banquillo -cuatro nada menos- y, sobre todo, teniendo en cuenta que psicológicamente este Alavés estaba hundido en la tabla y casi muerto a finales del pasado mes de noviembre, en la jornada 13ª, donde acumulaba un dramático bagaje de once derrotas y solo dos victorias, es decir, seis puntos de 39? La razón, milagrosa podría decirse, cabe atribuírsela una vez más al técnico asturiano Abelardo Fernández, el apagafuegos contratado entonces por el club para sofocar casi a la desesperada un incendio que amenazaba no solo con dilapidar la temporada sino con destruir de un plumazo el ilusionante proyecto deportivo albiazul.
autoestima recuperada El Pitu, que nunca fue la primera opción del consejo de administración, abandonó la lista del paro y se embarcó en aquella fría tarde de diciembre en una aventura de alto riesgo donde las posibilidades de salir trasquilado eran infinitamente superiores a las de soñar con la permanencia. Pero acertó. Y en ello anda estos días. Haciendo historia en el fútbol español y despertando el interés de varios clubes de LaLiga e incluso de la Premier League por contratarle de cara a la próxima temporada. Recuperó el asturiano la autoestima de los jugadores y se ganó la confianza de un vestuario al que solo aportó un poco de orden y “tres o cuatro conceptos básicos”. A partir de ahí, como acuñó Jorge Valdano, todo ha resultado una consecuencia del estado de ánimo de los jugadores, los mismos que hace dos meses eran poco menos que una caricatura de sí mismos. Fue entrar la pelota en Girona -por tres veces gracias a Ibai- y aliarse también con la suerte para salir de los puestos de descenso de una manera increíble con siete victorias, un empate y tres derrotas. Lo nunca, o casi nunca, visto en el Deportivo Alavés. Sin ir más lejos, la comparación entre esas dos ligas de once jornadas de Pellegrino y Abelardo resulta apabullante. Mientras que el asturiano ha sumado 22 de 33 puntos posibles, el argentino se quedó en solo 13.
margen de maniobra ¿Y a partir de ahora, qué? Atendiendo a los parámetros que Mauricio Pellegrino firmó el pasado año en las últimas catorce jornadas, el margen de maniobra de Abelardo resulta inmenso. Aquel formidable Alavés de los Theo, Llorente, Femenía y compañía sumó 22 puntos (solo uno menos que los logrados en los 19 partidos de la primera vuelta), anotó 17 goles y recibió 13 para terminar en una excelente novena posición con 55 puntos, un registro cercano en Primera al histórico de la que 99/00, donde concluyó la liga con 61 puntos. El actual Alavés ocupa a día de hoy la 15ª posición con 28 puntos, pero si se tiene en cuenta la extraordinaria racha que está protagonizando desde hace semanas, sus números serían suficientes para ocupar una de la cuatro plazas de acceso a Champions junto al Barça, Atlético de Madrid y Eibar. Un escenario impensable hace solo dos meses con el que al alavesismo se ilusiona sobremanera pero que al propio Abelardo le genera demasiado respeto, sabeedor de las vueltas que puede dar la tortilla. Por eso en su cabeza solo tiene cabida ahora mismo el Real Madrid, al que hoy se medirá y al que espera poder plantar cara de la misma forma que su equipo ya lo hizo esta temporada ante el Atlético, el Valencia o el Barça. Llegarán después Levante, Real Sociedad, Betis, Valencia, Espanyol, Getafe, Eibar, Girona -el punto de inflexión de la temporada-, Las Palmas, Atlético de Madrid, Málaga, Athletic y Sevilla en la última jornada. 14 duelos de alto riesgo (seis en Mendizorroza y ocho fuera) donde la aritmética albiazul podría terminar por encumbrarle a puestos incluso cercanos a Europa si es capaz, como mínimo, de igualar el número de victorias que el equipo de Mauricio Pellegrino ya consiguió en este último tramo del campeonato. Seis triunfos (18 puntos) entonces que firmó ante Málaga (1-2), Real Sociedad (1-0), Villarreal (2-1), Betis (1-4), Athletic (1-0) y Celta (3-1).
En sus primeros 11 partidos La puesta en escena del técnico asturiano, que debutó en el Alavés en la jornada 14ª frente al Girona, es espectacular. En este tiempo, su equipo ha logrado siete victorias, un empate y tres derrotas para un total de 22 puntos sobre 33 posibles.
Balance goleador Ha sumado 15 dianas (los únicos partidos donde no vio puerta fueron ante Atlético y Athletic) y encajado 9.
En sus primeros 11 partidos
El balance del argentino entre la jornada 1ª y la 11ª fue de tres victorias (Barcelona, Granada y Osasuna), cuatro derrotas (Valencia, Sevilla, Real Sociedad y Real Madrid) y otros tantos empates (Atlético, Sporting, Deportivo de la Coruña y Málaga).
Balance goleador Sumó la escuadra alavesa en ese período un registro negativo de 11 goles
a favor y 14 en contra.