bilbao - Hubo que esperar a la décima bola. El vértigo de volver a encontrarse con un conjunto ruso se había desactivado después de que la mano inocente de Eric Abidal, exjugador del Barcelona entre otros y embajador de la final de la Europa League en Lyon, encontrara pareja segundos antes a Zenit, Lokomotiv de Moscú y CSKA Moscú, los tres rivales que el entorno athleticzale no quería ni ver en pintura por aquello del rastro quemado que ha dejado en Bilbao la eliminatoria con el Spartak y el marrón de emprender un nuevo viaje a Rusia en el intervalo de solo tres semanas. Atlético de Madrid, el coco, Lazio, Dinamo Kiev, RB Leipzig y Olympique de Lyon, el anfitrión de la finalísima, eran los otros clubes que también habían pasado de largo, por lo que el abanico de posibles ofrecía opciones asequibles y mucho más complicadas. La suerte estaba echada. Borussia Dortmund, Arsenal y Milan emergían como los más poderosos, mientras que el Viktoria Plzen y el Salzburgo, verdugo de la Real Sociedad, se entendían como los más deseados. Sporting de Portugal y Olympique de Marsella, dos viejos conocidos, suponían las amenazas al albur de que el destino quisiera que el Athletic se reencontrara con uno de ellos y a los que ya había apeado en el pasado cercano. Así fue y la fortuna quiso que la entidad rojiblanca vuelva a Marsella dos años después, con el recuerdo del duelo ante el club de la Costa Azul aún fresco, si bien su actual plantilla, hoy dirigida por Rudi Garcia, poco o casi nada tiene que ver con el bloque que se midió en aquel enfrentamiento de dieciseisavos a los leones, que sufrieron mucho para pasar a octavos.
Los sorteos son así de caprichosos. El enfrentamiento con el Olympique de Marsella probablemente deja frío al personal. No suele gustar repetir rival en una competición continental en tan poco margen de tiempo. Hace que se pierda parte de la magia que genera la Europa League. Sobre todo, para el aficionado rojiblanco, que ya se desplazó en un número llamativo a la ciudad mediterránea 24 meses atrás. Entonces, aquel viaje fue fructífero. El Athletic de Ernesto Valverde se impuso en el Stade Vélodrome a aquel Olympique que lideraba Míchel en el banquillo con el exrojiblanco Rafa Alkorta como la mano derecha del técnico madrileño, que no tuvo fortuna en su periplo francés. El golazo de Aritz Aduriz, que ejecutó una magistral volea desde treinta metros para superar al meta Mandanda, hoy lesionado, fue determinante, ya que el asalto de vuelta en San Mamés se cerró en tablas (1-1) con tantos primero de Batshuayi, actual jugador del Boru-ssia Dortmund, y después de Sabin Merino, que selló la clasificación de los bilbainos, que ese curso quedaron cortados en cuartos de final al caer en la fatídica eliminatoria en la tanda de penaltis frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán.
un olympique renovado Dos años en el mundo del fútbol suponen toda una vida. El Olympique de Marsella puede dar fe de ello. Su efigie es un puro espejismo respecto a la que se enfrentó al Athletic en febrero de 2016. De su actual bloque solo cuatro futbolistas tomaron parte en esos dos duelos del pasado. Se tratan del propio Mandanda, Rolando, Sarr y Thauvin, un delantero que ha sufrido en estos últimos meses una brillante progresión hasta convertirse en una de las grandes referencias de este Olympique y que ha explotado su olfato goleador, ya que presenta una tarjeta de 15 goles en la Ligue 1, en la que la tropa de Rudi Garcia ocupa la tercera plaza, un punto por detrás del Mónaco, segundo, y a 13 del intratable líder PSG, al que se enfrenta mañana en el Parque de los Príncipes para repetir en el mismo escenario el miércoles, en esta ocasión dentro de los cuartos de la Copa francesa. Dos exigentes citas para la entidad en manos del inversor estadounidense Frank McCourt desde finales de 2016 y liderada por el ex del Athletic Andoni Zubizarreta en la dirección deportiva y que le pueden desgastar de cara al enfrentamiento con los de Ziganda. En aquel vestuario de Míchel y Alkorta asomaban también los incipientes Maxime Lopez y Lucas Ocampo, que hoy ejercen un rol preferencial en el equipo de la Riviera francesa.
La suerte no ha sonreído al Athletic, que abraza a esta Europa League como bálsamo a sus males en LaLiga Santander, donde el domingo se juega tres puntos vitales ante el Málaga, colista. El Olympique de Marsella, reforzado por sus últimos resultados y que ha superado con solvencia su duelo de dieciseisavos frente al Braga portugués, goza de un buen momento deportivo, vivo en todas las competiciones y presume de un fútbol de buen gusto por el balón y el ataque.
Horarios de los partidos. El encuentro de ida de esta eliminatoria de cuartos de final tendrá lugar el próximo 8 de marzo, jueves, en el Stade Vélodrome a partir de las 21.05 horas, mientras que el de vuelta se disputará en San Mamés una semana después, día 15, a las 19.00 horas.
Intratable en el Vélodrome. El Olympique de Marsella, que al igual que el Athletic tuvo que jugador dos previas, está invicto en su feudo en esta Europa League, ya que ha ganado cinco de sus seis partidos, con un empate.