El Chelsea, vigente campeón de la Premier, mide en Stamford Bridge la fiabilidad del Barcelona de Ernesto Valverde. Lo hace con la moral recuperada después de sus dos últimas victorias (3-0 al West Bromwich Albion en Liga y 4-0 al Hull City en la FA Cup) y sabedor de que sólo un triunfo en la Liga de Campeones salvaría una decepcionante temporada (es cuarto en Inglaterra a 19 puntos del líder, el Manchester City).

El Barça, a pesar de estar asentado en el liderato de la Liga, con una cómoda ventaja respecto al segundo (el Atlético de Madrid, que se encuentra a siete puntos de distancia), manifiesta un juego pobre y el fútbol que pone en escena no está pasando por su mejor momento y prueba de ello son los tres últimos partidos, con dos empates (1-1 con el Espanyol en Cornellà y 0-0 con el Getafe en el Camp Nou) y un partido en Eibar en el que, pese al triunfo (0-2), el equipo local le puso contra las cuerdas.

El conjunto azulgrana es conocedor de que la eliminatoria se decidirá el 14 de marzo en el Camp Nou y que para ello debe sacar una buena recompensa de Stamford Bridge, que pasa inexorablemente porque el equipo de Ernesto Valverde arranque una victoria o un empate con goles. El Barça tiene experiencia más que sobrada de jugar ante grandes conjuntos que se han empequeñecido en el Camp Nou y que, amontonando jugadores en la parcela defensiva, se han encerrado impidiendo a los azulgrana un gol ganador. Y el Chelsea, como otros rivales ingleses, ya ha practicado esta estrategia que tantos problemas ha generado en ocasiones a los barcelonistas.

Para el partido de esta noche, el Barça no podrá contar con el brasileño Philipe Coutinho, que deberá ver en el graderío o por la televisión el recorrido que tenga su equipo en la Champions, competición en la que este curso ya ha jugado con el Liverpool, hecho que le impide volver a alinearse en otro equipo en el mismo curso. El portugués Nelson Semedo, por sanción, tampoco jugará. - Efe