bilbao - Jon Rahm regresó a la competición en 2018 como lo dejó en 2017: bajo par y entre los mejores. El golfista de Barrika se estrenó en el Sentry Tournament of Champions de Hawai también con los altibajos propios de esta época del año en la que los mecanismos están recolocándose y cerró el día igualado en el duodécimo puesto con 71 golpes, a cuatro del líder, el australiano Marc Leishman, con el que compartió partido, un resultado bastante positivo teniendo en cuenta que nunca había jugado en el Plantation Course de Kapalua, en la isla de Maui.

Despojado de su gorra habitual que sustituyó por una visera y en un recorrido que a priori le va bien, aunque azotado al inicio de la jornada por un fuerte viento, Rahm arrancó con un birdie tras embocar desde diez metros en el hoyo 2 de un campo que presentaba unos greenes irregulares que jugaron alguna mala pasada a los jugadores al equivocar las lecturas. En el hoyo 3, el vizcaino visitó dos bunkers y no pudo evitar el bogey y la misma secuencia siguió en los hoyos 5 y 6 cuando enlazó un brillante birdie con un bogey doloroso al tener que hacer tres putts en una situación que parecía muy ventajosa.

Rahm dejó su sello muy pronto y se apuntó su primer highlight del curso con un eagle en el par 5 del hoyo 9 al embocar desde poco más de siete metros después de dos golpes de aproximación perfectos por longitud y precisión. En esos momentos, el número 4 del mundo estaba con dos bajo par, entre los diez primeros y muy cerca del liderato por el que iban pasando distintos jugadores: Harman, Vegas, Leishman... Las expectativas se enfriaron con otro bogey en el 13, después de que el putt de par se le quedara a un dedo del hoyo. Pero la ambición va de serie en Jon Rahm y sacó una de esas reacciones que le han hecho merecedor de elogios en sus primeros pasos en el circuito. El par 5 del hoyo 15 le dio otro birdie gracias a un gran chip de tercer golpe.