bilbao - El Bilbao Basket no deja de sorprender con sus movimientos de los últimos días, que están sirviendo para entretener la espera del partido ante el San Pablo Burgos de la próxima semana, ahora ya en segundo plano. Lo último es, según días atrás desveló Onda Vasca, la reunión que mantuvo parte del consejo de administración con Dusko Ivanovic con la intención, supuestamente, de ofrecerle el banquillo de Miribilla para las dos próximas temporadas. El técnico montenegrino, que ya ha cumplido 60 años, está en el paro después de su última etapa en el Khimki, pero por mucho que en las últimas temporadas haya perdido su aura ganadora pensar que algún día pueda dirigir al Bilbao Basket es una quimera.

Al parecer, los planes del club son que el croata Veljko Mrsic ejerza de puente hasta la llegada del técnico de Bijelo Polje, cuya primera petición sería contar con un proyecto deportivo atractivo, algo que ahora mismo el Bilbao Basket no está en condiciones de ofrecer a nadie, ni siquiera al entrenador que aún ocupa su banquillo y que se llama Carles Duran.

Desde luego, ni este interés por Ivanovic ni otro que trascendió por Joey Dorsey, para acabar trayendo a Devin Thomas, resultan creíbles y desde luego no parecen surgir de un análisis riguroso de las posibilidades actuales del equipo y de su posición dentro de la Liga Endesa. Más bien parecen maniobras de distracción ante la afición, cuyas protestas, minoritarias, tras el duelo ante el Lietuvos Rytas han hecho que muchos hayan entrado en pánico y dado la espalda a la realidad. Salvo que la realidad del club no sea la que el consejo de administración ha hecho llegar en numerosas ocasiones a sus accionistas y al entorno, el perfil de entrenador al que puede aspirar el Bilbao Basket está muy alejado del que representa Dusko Ivanovic, por carácter, método y caché.

Y todo esto se produce mientras aún no hay una decisión sobre Carles Duran, quien con todas estas maniobras ha quedado desautorizado en su labor y va a preparar de la peor manera el duelo ante el San Pablo Burgos que, en estos momentos, debería ser una prioridad porque una victoria abriría un hueco de tres victorias con la zona de descenso. O sea, nada que ver con una situación crítica que aconseje cambiar de entrenador y poner todo patas arriba, incluso la propia credibilidad del club ante sus aficionados. En estos momentos, pensar en Dusko Ivanovic es no tener los pies en el suelo.