Hubo un tiempo, no tan lejano, cuando todavía se iba a la casa del vecino para ver la tele y la puerta de al lado era un segundo hogar, que en la calle, de cuando en cuando, sonaba un melodía única por peculiar. Era la banda sonora que anunciaba la llegada del afilador con la piedra que sacaba chispas y afilaba los cuchillos, navajas y tijeras que los vecinos bajaban. Aquellos hombres se movían por los pueblos en pequeñas motocicletas. Antes lo hacían en bici. David Lappartient, presidente de la Unión Ciclista Internacional, es el nuevo gobernante del universo de las bicicletas, trono que logró en la votación de Bergen (Noruega) durante la celebración de los Mundiales. Desde entonces, el dirigente francés afila las tijeras. Echa chispas. Es el afilador. Lappartient quiere revolucionar el ciclismo y se muestra proclive a recortar el número de corredores por equipo. Su deseo es conseguir encoger el número de dorsales hasta solo seis por escuadra y también apuesta por cortar el hilo de comunicación entre los directores y los corredores en carrera. Lappartient persigue voltear el ciclismo. No solo quiere arrancar dorsales del pelotón, también desea extraer los pinganillos. En unas recientes declaraciones al diario belga Het Laatste Nieuws y a la radio francesa RMC evidenció su política innovadora y rupturista.

El presidente de la UCI, que ya anunció que el próximo año el número de corredores se reducirá de nueve a ocho integrantes por equipo en la grandes vueltas y pasará de ocho componentes a siete en el resto de carreras, imagina un futuro con menos ciclistas aún en las carreras. “Hubo un tiempo en el que eran 10 corredores y logramos bajar a nueve. Estoy a favor de ir más allá: seis corredores por equipo”, aseguró en la emisora RMC. Para el dirigente francés, la reducción de integrantes por escuadra servirá para mejorar la seguridad en competición. La medida que restringe ciclistas se adoptó durante los pasados Mundiales de ciclismo disputados en Bergen. Esa razón no convence a los corredores, víctimas de los recortes. Habrá menos plazas para los ciclistas porque la cantidad de equipos no crece. Al igual que los corredores, también se verán damnificados otros integrantes de las estructuras: masajistas, auxiliares, mecánicos... Además del motivo de la seguridad, otra de los razones que se aducen para esta reducción es que los equipos tengan más dificultad para controlar las carreras, -el aplastante dominio del Sky asoma en el fondo de la decisión- y de este modo la carreras sean espectaculares. Está por comprobar si una disminución de ciclistas por escuadra logra esos objetivos.

Lappartient también promulga la limitación del uso de los sistemas de comunicación de los equipos en carrera en una decidida apuesta por la improvisación y el espectáculo. Desde la UCI se desea eliminar el uso del pinganillo, que pone en contacto a los directores de equipo con los corredores y a estos entre ellos. “He dejado claro que quiero prohibir los pinganillos para el próximo Mundial”, que se disputará en Innsbruck. Para Lappartient, el uso del pinganillo no es necesario en el ciclismo moderno.