vitoria - Carreras de montaña en las que el vitoriano Javi Domínguez es un consumado especialista. Su reto más reciente le ha tenido recorriendo 330 kilómetros durante casi tres días para terminar proclamándose vencedor de la mítica Tor Des Géants italiana. Pese a todo, este titán (5-8-1974) del atletismo más extremo se limita a contemplar su actividad como una afición más. De hecho, le resta trascendencia a las primeras de cambio. “Tengo muy claro que hay vida más allá de correr”, advierte.

¿Qué les diría a los que piensan que hay que estar loco para hacer lo que usted hace?

-Todo parte de que te gusta el monte, la actividad e intentar llegar a tus límites. Primero vas a una prueba de diez kilómetros, luego haces una de cuarenta, te quedas con ganas de seguir más y probar cosas nuevas y al final son experiencias muy gratificantes. Hay muchas ultras que hacemos durante nuestra vida como puede ser completar unos estudios o hacerte una casa. Casi hasta hacer un puzle. Un puzle tienes que ir paso a paso y cuando lo terminas cuantas más piezas tiene mayor es la satisfacción que sientes. Son cosas muy laboriosas que te suponen una gratificación. Pues esto es lo mismo, te propones nuevos retos y los vas alcanzando. Visto en frío pensar en pasarse tres días por ahí recorriendo 330 kilómetros solo suena a una locura pero mucha gente tiene aficiones que para otros serían una locura. A mí por ejemplo irme de vacaciones a Benidorm me parece una locura. Muchos tenemos una afición que nos da la vida, que nos hace sentir vivos y nos entregamos a ella

¿Esa satisfacción que comenta llega un punto en el que cada vez es menos duradera?

-Yo siempre digo que de las mayores satisfacciones que he tenido relacionada con el deporte fue la primera vez que hice una maratón. Disfruté muchísimo, era algo completamente nuevo para mí. Ahora cuarenta kilómetros no me supone ningún reto pero entonces era un desafío enorme, pasar de la nada al todo. Recuerdo la preparación de esa carrera y cuando llegué a meta que fue un subidón que sí que es verdad que igual no lo tengo ahora. No es tan fácil. Hacer una carrera como la Tor Des Géants y acabar primero también da su satisfacción pero es diferente. Sí que cada vez es más difícil llegar a emocionarte tanto como las primeras veces. Por eso vamos cambiando y viendo otras experiencias. No sé, igual dentro de unos años me da por coleccionar sellos y descubro que me encanta tener un sello de hace doscientos años por ejemplo.

¿Se trata de seguir buscando retos y desafíos?

-Casi más que retos, buscar satisfacciones. Al final la vida consiste en buscar tu felicidad y la puedes conseguir de muchas formas. O microfelicidades. Aparte del día a día y de tener a tu gente alrededor también te gusta hacer tus pequeñas cosas o tus pequeñas locuras, que puede ser correr o tener una huerta. Se trata de encontrar tu pequeño paraíso, tu espacio de felicidad. En mi caso si está lejos del asfalto y del sofá, mejor.

¿Cómo se puede compatibilizar este ‘hobby’ con la vida normal?

-Digamos que yo lo planteo al revés. Tengo el resto de cosas y el tiempo libre que tengo lo uso para esto. Intento que no sea a la contra. No siempre lo consigo pero intento no robar tiempo a las cosas que realmente son importantes por un hobby. Porque al final es un hobby mío y es un deporte además muy individualista porque eres tú y tú. Yo me siento así, yo corro, yo me hago mis retos... A veces incluso lo veo como que es demasiado egoísta por nuestra parte. Por eso intento ver que existe vida más allá de correr e intento que no se me olvide nunca. Y no entreno tanto como puede parecer. La gente me pregunta cómo lo hago y siempre digo que yo entre semana si tengo una hora libre o dos es lo que salgo a correr, no hago más. Y seguramente me paso menos tiempo corriendo de lo que la mayor parte de la gente se pasa viendo la tele, estoy seguro.

Pero los seres humanos nos aferramos a la comodidad...

-Eso es. Es un poco como tirarte a la piscina. A mí me da mucha pereza lo del agua pero una vez que te has tirado y te das el primer chapuzón después estás súper a gusto. Esto es igual. Al principio puede que cueste un poco pero luego disfrutas porque si no, evidentemente, no haría esto.Parece que estamos en pleno ‘boom’ de esta modalidad. ¿Se está tomando demasiado a la ligera?

-Yo creo que el deporte en sí está de moda y los deportes al aire libre en concreto parece que más. Se puede correr por el bosque, que la única dificultad que requiere es que no te pierdas y otra cosa es correr ya por sitios un poco más arriesgados. Yo creo que no tiene por qué ser peligroso siempre y cuando sepas donde vas. No es lo mismo correr por el Zaldiaran al lado de casa que irte a un 3.000 con poca ropa. Lo bueno, o al menos eso quiero pensar yo, es que el que está empezando no va directamente a correr por el Monte Perdido. Aunque es cierto que también hay mucha gente, cada vez más, que busca la rapidez, llegar a lo máximo, alcanzar el último peldaño sin pasar por los previos. Yo hice mi primera ultra de 100 kilómetros después de haber estado corriendo por el monte seis o siete años antes y ahí yo sí que he disfrutado.¿Qué les diría a esas personas?

Cuando alguien me pregunta para hacer una prueba de 100 kilómetros siempre le digo que si la hace que sea porque realmente está motivado y quiere hacerla, no porque haya otro que la va a hacer. Que sea una decisión propia suya. Porque probablemente va a necesitar una preparación de unos ocho meses y hay que ser consciente de ello y estar disfrutando durante todo ese tiempo, todo el proceso, porque si no no merece la pena. Es demasiado esfuerzo para no disfrutarlo o que sea una tortura. Además, si lo haces motivado, la preparación es un proceso súper bonito, ver cómo vas progresando. Siempre sin pasarte, porque si te pasas enseguida de kilómetros lo normal es que te lesiones antes y no llegues. Y ahí sí que puede ser bastante frustrante. Porque de la misma forma que este deporte nos da mucha vida, cuando nos imposibilita crea muchas frustraciones.¿Y cómo se trabaja con eso?

-Yo siempre me preparo primero un plan B e incluso un plan C. Hay que asumir que hay vida después de este mundillo y ese plan B puede ser cualquier cosa. Yo soy una persona que le gusta hacer cosas durante su tiempo libre, pues si no puedo correr, hago cerveza por ejemplo. Hay que asumir que puede pasar y te puedes tirar meses sin correr y tener alternativas que te satisfagan. Sobre todo por no estar ahí con la cabeza baja pensando que no puedes hacerlo. Porque sí que engancha, te habituas a una rutina de salir a correr o hacer ejercicio todos los días y si no puedes la verdad es que es bastante jodido. Pero bueno, que hay cosas mucho peores que no poder salir a correr porque tienes una tendinitis.