BUENOS AIRES - Jorge Sampaoli lleva dos encuentros al frente de la selección argentina y en los partidos se pueden encontrar cosas en común, para mal de su dirección técnica: Argentina ha empatado los dos lances (0-0 frente a Uruguay y 1-1 ante Venezuela en la madrugada del miércoles) y en ambos la lucidez ha brillado por su ausencia. El equipo no juega como tal. No hay conexiones entre las piezas del esquema. No hay unidad. Y no la hay cuando apremian las necesidades, dado que Argentina, hoy por hoy, no tiene garantizado su concurso en el Mundial de Rusia de 2018.

Tras 16 partidos celebrados y con dos por disputarse, la albiceleste es la quinta clasificada con 24 puntos de un grupo de diez selecciones. Las cuatro primeras obtienen el acceso directo al Mundial y la quinta acude a la repesca; Brasil, con 37 puntos, es la única con el billete en posesión a estas alturas. Además, opciones matemáticas tienen Uruguay (27 puntos), Colombia (26), Perú (24), Argentina (24), Chile (23), Paraguay (21) y Ecuador (20).

Es por ese riesgo que corre Argentina, que debe recibir primero a Perú y después visitar a Ecuador para cerrar la fase de clasificación, por el que los aficionados están preocupados. El empate frente a la colista Venezuela ha desatado nuevas críticas, que en el caso de la selección Argentina se vienen focalizando en ese jugador de carne y hueso pero concebido como deidad por muchos, porque lo de un Dios esperan de él sobre el terreno de juego en un deporte colectivo. “¿A quién le rezamos?”, titula en su portada el diario argentino Olé acompañado de una foto de Leo Messi, y añade en sus páginas: “Messi no se merece tener esta versión tan baja de sí mismo. Ni la falta de socios que hablen un poco en su idioma lo exime de responsabilidad (...) El mejor no puede ser uno más”.

Este no es el único frente que Messi tiene abierto, ya que en Barcelona las aguas bajan revueltas. Cada día que transcurre se habla de su renovación de contrato. Ayer, la preocupación la proyectó en la cadena Cope Agustí Benedito, promotor de la moción de censura contra el presidente Josep Maria Bartomeu. “Bartomeu dijo que Messi había firmado y Messi calla. Es preocupante”, dijo. Mientras, desde la directiva del club catalán se asegura que el acuerdo está alcanzado y que es cuestión de hallar una fecha para la oficialización.