Cluj (Rumanía) - La selección española afronta el partido ante la local Rumanía (19.30 horas, Cuatro) con todo el respeto pero también con la certeza de que, dada su tremenda superioridad, deberá pensar en el choque con Croacia, la verdadera piedra de toque del grupo, y en la fase final del Europeo en Estambul.
La distancia entre España y Rumanía es sideral. Por resultados, por calidad, por experiencia o por cualquier otro aspecto que se quiera la comparación es casi grotesca.
Rumanía vuelve a un campeonato de Europa treinta años después y de entonces es el último enfrentamiento entre ambas selecciones. El 4 de junio de 1987 en el pabellón de la Paz y de la Amistad en El Pireo (Atenas) España ganó a Rumanía por 116-98. Ahora las diferencias parecen haber aumentado. El único jugador de referencia de los anfitriones es Caté, jugador canterano del Real Madrid que ha pasado dos años en el Betis sin apenas minutos durante estos dos años.
Así las cosas, Sergio Scariolo, seleccionador español, deberá plantear el partido como una transición y como preparación de cara al choque contra Croacia del próximo martes, que será la verdadera piedra de toque y medida del nivel del equipo español, pensando en la fase final.
Tras las dos primeras jornadas, el Europeo está siendo un auténtico camino de rosas para España. Dos victorias más que holgadas, al igual que la que se presume en el enfrentamiento con la selección local, pueden dar una idea equivocada, aunque la experiencia del combinado español está por encima de estas circunstancias.
El reparto de minutos, que conviene a todos para descargar a los titulares, para que los más jóvenes vayan adquiriendo experiencia y para que todos estén en la mejor forma posible de cara a los cruces, volverá a ser un aspecto importante, así como la concentración de todos para que el partido sirva para preparar ulteriores citas.
Antes de comenzar el Europeo, jugadores y cuerpo técnico abogaron por tener un inicio firme y evitar los nervios de otras ediciones tras algún tropiezo. Ahora la cuestión es mantener la tensión a la espera de los partidos importantes.
En Estambul, a partir del 9-10 de septiembre y desde los octavos de final no existirá el margen de error, el nivel de los rivales crecerá y habrá que llegar preparados.
Ese es el objetivo de la selección española ante Rumanía. - E.P.