Mikel Landa se coronó ayer como el primer líder de la Vuelta Burgos tras lograr la victoria en la jornada inaugural, dejando en evidencia el gran estado de forma en el que se encuentra. La infinidad de especulaciones sobre el futuro del ciclista de Murgia que se vienen produciendo desde el pasado Tour de Francia parece no afectar al rendimiento del todavía corredor del Sky. Tras conseguir el maillot de la montaña en el Giro de Italia, a pesar de haber sufrido una caída, y quedarse a tan solo un segundo de subirse al podio de la ronda gala, Landa sigue demostrando que no es una estrella fugaz. El máximo exponente en la actualidad del ciclismo vasco se perfilaba como el gran favorito para suceder a Alberto Contador como campeón de la carrera burgalesa. Y que mejor manera de justificar ese favoritismo que haciéndose con el laurel en la primera jornada, estrenando así la malla violeta de la 39ª edición.

Atravesar en solitario la meta en el Alto del Castillo no era algo que entraba en los planes de Landa. “No estaba previsto, pero siempre es bueno empezar así, espero poder mantener el liderato hasta el final”, admitió el alavés. El ciclista del Sky ya tiene en su currículum una victoria de etapa en la Vuelta Burgos de 2011, cuando militaba en las filas del Euskaltel, la primera etapa que ganó en el World Tour. Seis años después, la historia se repitió, aunque el contexto es totalmente diferente.

Landa fue el más fuerte en la última subida situada en la capital burgalesa, dejando atrás a Sergei Chernetski, del equipo Astana, y a Julian Alaphillipe, del Quick-Step, que tras sufrir una dura caída en la Itzulia volvía a la competición. Los ciclistas tuvieron que recorrer un total de 152 kilómetros alrededor de Burgos, saliendo desde el Fórum de la Evolución y con la meta en el Alto del Castillo. El conjunto Sky dio una vez más muestra de un excelente planteamiento en un trazado exigente con varios repechos.

La fuga de la jornada no se hizo esperar. Una escapada formada por catorce corredores entre los que se encontraban nombres como Marc Soler, promesa del Movistar. La permisividad del pelotón y la buena compenetración entre los fugados permitió a la cabeza de carrera alcanzar una ventaja de más de cuatro minutos.

A 35 kilómetros de meta, el equipo Roompot se puso el mono de trabajo e impuso un fuerte ritmo que permitió al pelotón alcanzar a la fuga a 22 kilómetros del final. En la primera subida al Alto del Castillo, el Sky cogió las riendas de la carrera liderado por Mikel Landa, que junto con Chernetski, Matteo Trentin y Norman Hansen lanzó un definitivo ataque antes de llegar a la subida final. A falta de escasos 200 metros para la línea de meta, la fuerza y el talento de Landa dictaron sentencia. La llegada a la rampa final fue una tumba abierta para el de Murgia, que dejó atrás a todos sus rivales a los que alcanzó la cabeza del pelotón. Chernetski fue el único que aguantó medianamente el pulso al primer líder de la Vuelta a Burgos, pero la poderosa arrancada de Landa sirvió para que cruzara la meta en solitario. Sin cambiar el gesto, su rostro no daba ninguna sensación de cansancio.

La segunda etapa tomará la salida hoy en Oña y, tras recorrer un total de 153 kilómetros, alcanzará la meta en Belorado. El único puerto que los corredores tendrán que afrontar será el de Portillo de Busto, de segunda categoría. Una jornada de tramite para llegar al Picón Blanco en el que, según el maillot violeta, será el día clave de la Vuelta a Burgos.

Primera etapa

1. Mikel Landa (Sky)3:25:58

2. Sergei Chernetski (Astana)a 2’’

3. Julian Alaphilippe (Quick-Step)a 3’’

4. Eric Mas (Quick- Step)a 5’’

5. Daniel Moreno (Movistar)a 7’’.