vitoria - Montaña alavesa, competición y algo de sol. La undécima edición de Los Montes de Vitoria tendrá su pistoletazo de salida mañana a las 6:00. Más de 1.100 corredores -1.122 exactamente- participarán en esta prueba de fondo que recorre la cordillera sur de los alrededores de Vitoria-Gasteiz. Los participantes sufrirán y disfrutarán a partes iguales durante casi 62 kilómetros de desniveles no aptos para cualquiera. Desde la organización ya recalcan que es necesaria la mayoría de edad para participar. También recomiendan la posesión de la tarjeta de federado en montaña, así como hábito montañero y la preparación física adecuada. “La prueba no es tan dura como uno de los ehunmilak, pero tiene una dureza considerable, mayor que la de las carreras de 30 kilómetros”, sostiene José Mari Cossio, de la Asociación Manuel Iradier, organizadora de la carrera. Según su experiencia, los corredores “cada vez están más preparados” y “llegan más frescos a la meta”, sobre todo los primeros.

Para aquellos que, además, tengan el objetivo no solo de terminar el recorrido sino de hacerlo entre los primeros, la organización volverá a tener en esta edición un incentivo adicional. Y es que los 150 primeros clasificados tendrán asegurada su plaza para la prueba Hiru Haundiak del año que viene, una carrera de 100 kilómetros aún más exigente que enlaza los picos del Gorbea, Anboto y Aizkorri. Los que no estén entre los primeros clasificados en Los Montes de Vitoria también tendrán opción a participar en el Hiru Haundiak, dado que se sortearán otras 150 plazas entre el resto de corredores, que ya son privilegiados por poder participar en una prueba que todas las ediciones ve su lista de inscripción cerrada al poco tiempo de salir. En esta ocasión las plazas se agotaron a las tres o cuatro horas. En la prueba de este sábado, que efectuará su salida desde el pueblo de Ullibarri-Jauregui (los participantes serán desplazados hasta allí en autobús) se recorrerán un total de once cimas alavesas, estableciéndose en cada una de ellas un control de paso. Los corredores pasarán por Itxogana, Indiagana, Arraialde, Almurrain, Kapildui, Zalbizkar, Lendiz, Arrieta, Zaldiaran, Busto y Ezkibel antes de llegar a la ansiada meta, fijada en el Paseo de Cervantes, junto a la Fundación Estadio.

200 colaboradores Pero antes de cruzarla pasarán una buena cantidad de horas a la intemperie, los menos apresurados con el abrasador sol del mediodía sobre su nuca. Los veinte primeros que lleguen a la meta registrarán aproximadamente un tiempo estimado de seis horas y media -lo que implica que llegarán sobre la una o dos de la tarde-, mientras que los más rezagados pueden irse hasta las 13 ó 14, estando la media en unas 8 ó 9 de duración.

Además del cronómetro, otro de los elementos a los que se deberán enfrentar los montañeros serán los constantes desniveles que se toparán durante el recorrido. La circulación entre la cordillera garantiza un desnivel acumulado de 5.816 metros, de los que 2.848 son de ascenso y 2.698 corresponden al descenso. La organización del evento también posee algunos hándicaps, pero no se atisba peligro en la celebración de próximas ediciones. El principal problema, además de los aspectos burocráticos, es la necesidad de voluntarios. Este año serán aproximadamente 200 los colaboradores.

De los 1.122 corredores que entrarán en escena mañana temprano, algo más de la mitad son alaveses, con 689 registrados, número similar a la pasada edición. El segundo grupo más grande corresponde a los vizcaínos, con 250 inscritos. Pero también llega gente de todas las esquinas del país incluso de Europa. Para esta undécima edición hay corredores canarios, murcianos, franceses, alemanes y hasta belgas, cuando en 2015 -la prueba se realiza cada dos años-, solo había un corredor no español y era alemán. Otra cifra destacada es la de mujeres participantes, debido a su incremento. Hasta 115 mujeres tomarán partido en la carrera mañana por las 87 que lo hicieron en 2015.