Iñaki Etchegoin (Donazaharre, 1993) debutó el pasado sábado en el Labrit de Iruñea con una buena actuación. El zaguero de Iparralde se fue al vestuario después de custodiar a un gran Aimar Olaizola y vencer con claridad a Víctor Esteban y Mikel Beroiz, que recibieron un 22-8. El de Nafarroa Beherea, el primero del territorio que debuta en la pelota a mano profesional, mostró una derecha de primer nivel y una volea espeluznante, por violenta, por exagerada. Eso sí, le costó amoldarse al juego de zurda. Es una deuda del pasado, ya que Etchegoin proviene de la cultura del trinkete y la plaza libre y “apenas lleva unos años jugando a pared izquierda”, recita Rubén Beloki, técnico de Asegarce.
El donazahartarra llegó al punto de mira de la operadora de Bilbao hace seis años, de manos del exprofesional y tricampeón Fernando Arretxe. Entonces, cuando los responsables de la operadora le vieron, se dieron cuenta de que aún estaba “verdísimo” por las carencias que tenía en algunos aspectos por su camino en otras modalidades. “Tiene cosas muy buenas y otras que tenemos que pulir. Al final, lleva en pared izquierda únicamente seis años. A partir de entonces, se apuntó en el club Oberena y viajaba desde su casa a Iruñea dos veces por semana -más de una hora y media de trayecto- para ejercitarse. Tiene un mérito tremendo. Hace un año y medio comenzó a venir con Asegarce y ha mejorado mucho, pero la izquierda todavía la tiene que pulir más”, destaca el preparador iruindarra. La cuestión es que en la derecha tiene un cañón. “Tiene un golpe de primerísima. Hay materia prima. Tiene mucho potencial. Además, hacemos hincapié en que cubra la cancha y en que conozca el juego. En aficionados lo ha hecho bien y marca la diferencia con la pegada”, argumenta Beloki.
En el debut, el público se quedó prendido de su pelotazo. “Etchegoin posee posturas increíbles. Quizás no tenga un golpe de abajo con la zurda muy bueno, pero tiene un voleón tremendo. Es un pelotari muy fuerte y hace cosas especiales. Corta, además, de modo tremendo”, define el navarro, quien agrega que “lo más importante es que tiene muchas ganas de seguir progresando en esta aventura profesional. Es una persona muy centrada. Ha puesto mucho empeño en llegar hasta aquí”.
De cualquier modo, al igual que le sucedió a Beñat Rezusta, número 1 en la zaga, que debutó siendo zurdo cerrado y poco a poco va golpeando más con la derecha; el margen de mejora del donazahartarra pasa por su perfil izquierdo. “Tiene que conseguir tener solvencia con esa mano, aunque no vaya a conseguir la zurda de Larunbe por mucho que entrene. Tiene 23 años y eso se coge de niño. Aun así, ha habido casos como el de Begino o el mío, que debutamos con una izquierda no muy buena y fuimos mejorando con los años: aprendimos a hacer buena, a quitar y, en definitiva, el oficio”, desbroza el técnico de la operadora de Bilbao. Incluso, recuerda que “ha habido zagueros muy buenos con poca zurda, pero que tenían una diestra extraordinaria”. Evoca los casos de Begino, Zezeaga, el campeón vizcaino Gorostiza? El burlatarra califica el golpe de Etchegoin como un “pelotazo de poder”. “Da igual que el cuero sea pesado, porque tiene una fuerza descomunal. Tiene una gran mano y un gran antebrazo. Asimismo, tiene una postura de medio lado que es buena para sujetar, pero en la que hay que trabajar. Cuanto más golpee desde abajo, encontrará mejor el rebote”, admite. Asegarce le pide palanca, pero él tiene un derechazo “violento”.
Así las cosas, a pesar de haber tenido un debut de campanillas junto a Aimar Olaizola, desde la empresa son conscientes de que es un manista que necesita tiempo y “paciencia”. “Consideramos que hay que darle partidos y dejarle tres o cuatro años. El objetivo con Etchegoin es que sea zaguero de Primera. Con esas cualidades que tiene no le hemos fichado para que se quede en Segunda, porque tiene posibilidades de llegar arriba”, sostiene Beloki. El trabajo será necesario durante las próximas temporadas para construir y adaptar el juego del de Iparralde. “Cuando pega, la gente murmura. Es un pelotazo distinto”, determina. Etchegoin tiene una derecha prodigiosa.
“Darle a la pelota como un tiro es de las mayores virtudes que hay en la pelota, pero manistas así salen pocos. Iñaki tiene el lastre de no haber nacido en territorio de pared izquierda. Si hubiera sido así, sería un zaguerazo de Primera”, apostilla Beloki. Con 1,93 metros de altura y 90 kilogramos de peso, le “cuesta” cubrir cancha, pero es un guardaespaldas “dinámico y rápido”.