Hay un dicho del que se nutren los pesimistas y que dice que cuando las cosas van mal, siempre pueden ir a peor. Aplicar esto a McLaren parecía imposible a tenor de las dos caóticas temporadas anteriores, cuando decidió la escudería aliarse con el suministrador de motores Honda, cuando Fernando Alonso se embarcaba en un novedoso y ambicioso proyecto deportivo. Pero sí, el presente aún puede ser peor que el pasado. De hecho, ceñidos a resultados, 2017 está siendo el más lamentable de los tres cursos. A estas alturas en 2015, McLaren, con Alonso y Jenson Button al volante, había conseguido terminar cuatro pruebas de siete posibles, porque Alonso causó baja en la cita inaugural. Un curso más tarde, después de agotar cuatro citas del calendario, la escudería británica había terminado cinco carreras de siete, porque nuevamente Alonso causó baja en una de ellas. Se clamaba por la paciencia, por la espera de acontecimientos en forma de mejoras mecánicas. Sin embargo, 2017 está siendo la menos productiva de las tres temporadas en las que sobrevive la alianza McLaren-Honda. Después de cuatro carreras, con ocho opciones de ver la bandera de cuadros, solo dos han fructificado. Las ha protagonizado Stoffel Vandoorne en Australia y Rusia. Respecto a Alonso, acumula cuatro abandonos de cuatro posibles.
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