Atención, porque un aficionado a buen seguro que nunca ha visto algo igual sobre un campo de fútbol. Partido de fútbol amateur en Portugal. Segundo minuto de juego. Una disputa de balón con contacto físico entre un defensor del Rio Tinto y un delantero del Canelas 2010 deja al primero contrariado y de espaldas a su contrincante. El segundo no acepta la mirada de rencor y, acercándose por detrás, propina al zaguero un puñetazo en la cabeza. El colegiado Jose Manuel Mateus Rodrigues es testigo de la acción. Muestra de inmediato la cartulina roja al agresor, Marco Gonçalves, que no acepta la expulsión y acto seguido sujeta al árbitro por la nuca con las dos manos, agacha la testa del trencilla para situarle al alcance de sus intenciones y le conecta un rodillazo que parte la nariz. El partido se suspende no sin antes saltar al terreno de juego las fuerzas de seguridad que se multiplican los días que juega el Canelas 2010. Es el último episodio protagonizado por este equipo de matones -Youtube posee una gran colección de episodios violentos que así lo acredita-, que campa a sus anchas por los campos de fútbol de Portugal, en los que sirve violencia gratuita y consentida.
Ahora regresemos al pasado, porque es donde los hechos cobran mayor magnitud. El Canelas 2010 es un equipo que actualmente milita en una categoría local de Oporto llamada Serie 1 que es equivalente a la Tercera División española. En su vestuario abundan miembros de los Super Dragões, el principal colectivo ultra de hinchas del Oporto, que cuenta con alrededor de 5.000 integrantes y cuyo líder, Fernando Madureira, apodado Macaco, desempeña las veces de capitán del Canelas 2010 a sus 41 años.
debutante ganador de la liga El Canelas 2010, debutante en su categoría por ser recién ascendido, atraviesa una escalada deportiva vertiginosa que solo se entiende a través de la violencia y la coacción contra árbitros, jugadores y entrenadores. Esta temporada en su calendario figuraban 26 partidos de competición regular. El Canelas los ha contado así: 24 victorias, 1 empate y 1 derrota. Entrando en detalle, el balón solo ha echado a rodar en 10 partidos, porque los otros 16 los ha computado como triunfos por incomparecencia de los equipos rivales, que además han asumido sanciones de 750 euros por cada partido al que no se han presentado. La razón es simple: nadie quiere enfrentarse al Canelas, el terror del fútbol amateur luso. Pero desde el polémico club denuncian en las redes sociales un orquestado complot contra la entidad: “Toda la polémica no es más que una estrategia para manchar nuestra imagen y devaluar nuestros éxitos deportivos”.
A pesar de los antecedentes, el Canelas, fundado en 2010, se ha coronado campeón con sus 24 triunfos, 16 de ellos con el mismo resultado 3-0 o 0-3, en función de si jugaba como local o como visitante, como fruto de las incomparecencias de sus opositores en la liga. Así, ha cerrado el curso con 69 goles a favor y 8 en contra. Con estos números, se ha presentado en la fase de ascenso, donde tras dos partidos disputados ha sumado un triunfo y una derrota, hasta que llegó el encuentro frente al Rio Tinto del pasado 2 de abril, donde la vergüenza se ha proyectado mundialmente por lo insólito de las imágenes.
“Los equipos no se presentaban a los partidos porque querían sacarnos de forma de cara a la lucha por el ascenso”, explicaba para Marca el presidente del Canelas, Bruno Canastro, que añadía: “Somos un club modesto que condena la violencia”. Discurso que contrasta con comentarios en la cuenta del club en Facebook en los que se escriben cosas del tipo: “El que tenga miedo que se compre un perro”. Al menos, el salvaje Marco Gonçalves ha sido expulsado del equipo, aunque con la duda de si es una decisión tomada a petición popular o por iniciativa del propio club, que hasta el encuentro frente al Rio Tinto se había visto beneficiado por el hecho de que los colegiados no constataban las agresiones que se han venido sucediendo en los partidos dentro de las actas arbitrales. Es por ello que hasta el encuentro del 2 de abril, el Canelas campaba impune. Si bien, el entrenador, Milton Ribeiro, recibió el pasado diciembre de 2016 un año de suspensión por incitación a la violencia. “Nosotros jugamos con alma”, declaraba a los cuatro vientos el capitán Macaco, justificando en la revista lusa Sabado las violentas artes del equipo. “Que vengan a jugar. Nosotros, como ellos, solo tenemos dos brazos y dos piernas. No les perseguimos con cuchillos o palos por el terreno de juego”, invitaba el líder de los Super Dragões. Lo cierto es que gracias a esas incomparecencias han conquistado el título de liga y gozan de la posibilidad de asaltar una división que les permitiría disputar la Copa de Portugal, lo que significaría inmiscuirse en el fútbol profesional luso.
“Nosotros no podemos hacer nada. Las sanciones competen al Comité Arbitral, aunque es cierto que acciones como la de Gonçalves dan mala imagen a todos”, comentaba también en Marca el máximo responsable del fútbol regional de Oporto, Lourenço Pinto. Hasta la fecha, la única medida la impuso la Federación Portuguesa de Fútbol y consistía en ampliar las medidas de seguridad en los partidos del Canelas. De nada sirvió el pasado 2 de abril, donde el terror quedó justificado, y ya hubo un dispositivo especial montado para la ocasión. Pero desde el Canelas 2010 sacan pecho. “Pueden recurrir a la FIFA, a la UEFA, a Marte, a Neptuno o a Plutón, que no tienen nada a donde agarrarse. Confiamos en la justicia deportiva”, apostilla Madureira.
Si a los partidos acudían un centenar de espectadores, para el partido previsto para ayer, el tercero de la fase de ascenso y en el que el Canelas fue derrotado 3-1 por el Maia Lidador, las fuerzas del orden, nuevamente ampliadas, ya superaban ese número. Un partido que hasta ayer por la mañana no se sabía quién lo iba a arbitrar, porque la Asociación de Árbitros de Portugal se negaba a pitar al Canelas. Pero hubo un colegiado que se ofreció. Fue duramente criticado por el colectivo, pero finalmente el Canelas 2010 jugó.