Donostia - Bilbao lucirá esta tarde sus mejores galas. La capital vizcaína se pondrá elegante para recibir con los brazos abiertos a la Vuelta al País Vasco, cuya cuarta etapa finalizará en la Gran Vía, y a la Korrika, la marcha a favor del euskera que celebra este año su vigésima edición. Cortes de tráfico, cambios de circulación y demás complicaciones al margen, la villa se prepara para su particular fiesta. Una jornada reivindicativa por un lado y una prueba más de cara al gran anhelo: formar parte del Tour de Francia en unos pocos años. El alcalde Juan Mari Aburto reconoció el pasado mes de septiembre, coincidiendo con la llegada de la Vuelta a España a Bilbao, donde finalizó la décimo segundo etapa y de donde partió la décimo tercera camino de Urdax, que “del uno al diez, las posibilidades de que el Tour llegue a Bilbao alcanzan el diez”. El regidor, eso sí, apuntó entonces que “por razones de programación no podrá ser antes de 2019, porque los recorridos previos ya está confeccionados”. Aburto, que aprovechó la oportunidad que le brindó la carrera española para reunirse con Christian Prudhomme, director general del Tour, reconoció también que las “sensaciones no pudieron ser mejores”. En ello trabajan desde el Ayuntamiento de Bilbao, que hoy tendrá una nueva prueba de fuego para mostrar la capacidad de acoger una prueba de tamaña grandeza citándose con la Itzulia, una prueba de la élite ciclista, el llamado World Tour. Miles de aficionados se agolparán a ambos lados de la carretera para animar a los corredores. Una vez más, la subida a El Vivero se abarrotará de fieles. - A.M.