Londres - El club de golf escocés de Muirfield, el más antiguo del mundo, anunció hoy que admitirá a mujeres, después de que una votación entre sus miembros enterrase una norma rechazada, entre otros, por el jugador norirlandés Rory McIlroy. La Honorable Compañía de Golfistas de Edimburgo (HCEG, sus siglas en inglés), propietaria del legendario Muirfield, informó de que el 80 % de sus socios, todos hombres, decidió en una segunda vuelta, por 498 votos a favor y 123 en contra, abrir sus puertas a sus compañeras.

Este giro rectifica otra consulta celebrada en mayo del pasado año, cuando el HCEG rechazó la admisión de mujeres y perdió sus posibilidades de acoger de nuevo el Abierto británico, según decidió entonces el Royal and Ancient (R&A), la máxima autoridad del golf.

Tras conocerse hoy el resultado de esta nueva votación, el R&A confirmó que el famoso campo de golf East Lothian de Muirfield podrá volver a celebrar a partir de 2022 el Open, un torneo que genera casi 100 millones de euros. “Estamos deseando dar la bienvenida a las mujeres como miembros que disfrutarán y se beneficiarán de la gran tradición y del espíritu de amistad que caracterizan a este extraordinario club”, declaró hoy el capitán del HCEG, Henry Fairweather.

Muirfield ha sido la sede del Abierto británico en 16 ocasiones desde el año 1982, la última en 2013, con triunfo del estadounidense Phil Mickelson y entre sus ganadores también figura McIlroy, quien había criticado abiertamente su política machista. Hasta la fecha, las mujeres solo acudía a estas instalaciones como invitadas, pero desde ahora podrán ser miembros de pleno derecho y en igualdad de condiciones con los hombres. Otros conocidos clubes de golf británicos como el de Saint Andrews y el Royal St George’s abandonaron esta prohibición en 2014 y 2015, respectivamente, lo que dejó a Muirfield como el único que aún vetaba la admisión de mujeres como miembros.

La votación del pasado año llevó a ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, a implicarse en este asunto y a criticar la posición del HCEG, que calificó de “indefendible”. - Efe