galicia - Fernando Torres está fuera de peligro. El temor que despertó el atropello de Bergantiños en Riazor quedó ayer definitivamente disipado a la salida del hospital del jugador del Atlético. Fue el mismo Torres quien con un simple “en un par de días podré estar con mis compañeros” templó al mundo del fútbol que vivió con alarmante inquietud un episodio más de drama.
Buena parte de culpa de que el miedo mudara en alivio la tuvieron los servicios de urgencia, quienes con su rapidez y control lograron mitigarlo. Y no lo olvidó Fernando. “Quiero dar las gracias a todos los empleados del hospital, de la UCI, he estado fenomenalmente atendido”, agradeció.
El afectado tampoco guardó ningún tipo de rencor hacía quien provocó su lesión. Tal y como aclaró, Torres tuvo una conversación en el hospital con el centrocampista del Deportivo en la que trató de quitarle hierro al asunto. “Son cosas que pasan. Fue una acción totalmente fortuita”, afirmó. Pero no quedó ahí su recuerdo para la parroquia gallega. Cabe mencionar que Torres atesora un grato sentimiento por esa tierra, ya que en dicho lugar conoció a su mujer. Por ello le deseó al Deportivo “toda la suerte del mundo de aquí a final de temporada”.
Cariño y tranquilidad será lo que reciba el niño de su familia durante ese “par de días” de descanso en Santiago. Después regresará con toda normalidad a la rutina de entrenamientos por carretera, ya que el fruto del choque con el jugador del Dépor le impedirá todavía viajar en avión. El Atlético de Madrid retomó ayer los entrenamientos en Majadahonda con la novedad de Juanfran Torres, ya con el grupo tras cuatro partidos de baja por una lesión muscular.