lezama - El partido que albergará esta noche San Mamés, escenario en el que Euskal Selekzioa suma una victoria y un empate como consecuencia de la contundente goleada firmada ante Perú (6-0) en diciembre de 2013 y del empate a un gol con el que tocó a su fin el choque frente a Catalunya en el cierre de 2014, se presenta, entre otras cosas, como una atractiva opción de revancha para la tricolor. Enfrente, no en vano, asomará el último verdugo de los vascos, que cayeron derrotados por 0-2 contra Túnez en 2011. Fue entonces, en el primer partido de carácter internacional que acogía el nuevo coliseo del Athletic, cuando los pupilos de José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri mordieron el polvo por última vez.
Lo hicieron en un encuentro en el que la falta de pegada permitió llegar con vida a los tunecinos a los minutos decisivos de un envite que terminó resolviéndose gracias a los goles de Chadly y Msakni, autor de un hat-trick el miércoles ante Catalunya. El partido que enfrentó a los catalanes con el combinado norteafricano en Girona, finalizado con un vistoso 3-3 y que dio pie a una tanda de penaltis en la que Túnez se impuso por 2-4, sirve a Euskal Selekzioa como muestra inequívoca de que los hombres dirigidos por el polaco Henryk Kasperczak no serán un adversario cómodo, ni sencillo de batir esta noche en La Catedral. Con el objetivo de superar a los africanos y de repartir a su vez los minutos entre los 22 jugadores seleccionados para la ocasión, Amorrortu y Etxarri pondrán en liza dos onces sumamente competitivos.
La sed de victoria, presente en la tricolor, impulsará una vez más a una selección decidida a mostrar al mundo su capacidad competitiva, con futbolistas de primer nivel dispuestos para la batalla. El de hoy, además, será el primer partido con Euskal Selekzioa para tres jugadores que nunca antes habían tenido la oportunidad de defender los colores de la selección.
Se trata de Oier Olazabal, portero del Granada; Manu García, centrocampista del Alavés; y Mikel Oyarzabal, atacante de una Real que aporta siete jugadores. Los tres, además de disponer de 45 minutos durante el encuentro, vivirán por primera vez en sus propias carnes el formidable ambiente que acostumbra a generarse en cada aparición de la selección, que volverá a sentir el aliento de una afición entregada a la causa.
Los números, además, reflejan que la tricolor solo ha perdido en tres de sus 22 últimas citas como local desde 1990. Además de la ya mencionada Túnez en 2011, Camerún y Gales lograron someter a Euskal Selekzioa en la antigua Catedral en diciembre de 2005 y mayo de 2006. - A.Aramendia