Un tumor testicular detectado en las últimas horas ha frenado la espectacular progresión de Yeray Álvarez, un central forjado en Lezama que en pocos meses ha pasado de sufrir el descenso a Segunda B con el Bilbao Athletic a convertirse en una de las revelaciones de Primera División.

Yeray, que cumplirá 22 años el próximo 24 de enero, ingresó en la factoría rojiblanca en 2008, con 13 años, después de iniciarse en el colegio La Inmaculada de Barakaldo, donde nació, y en los equipos de base del Danok Bat. Tras pasar por todos los escalafones de la cantera tuvo su primer contacto con el primer equipo el 1 de marzo de 2015.

Los problemas físicos de Carlos Gurpegui y Aymeric Laporte animaron a Ernesto Valverde a convocar al defensa para la visita a Ipurua, aunque finalmente fue el descartado de aquella convocatoria de 19 jugadores en una temporada en la que fue pieza clave en el ascenso del filial a Segunda División. El curso pasado Yeray estuvo cerca también de debutar en la elite en dos ocasiones. En la ida de la previa europea ante el Zilina ocupó el banquillo y también viajó a Sevilla, aunque para acabar viendo el partido desde la grada, en la vuelta de los cuartos de final de la Liga Europa en el Sánchez Pizjuán.

Su excelente nivel en el Bilbao Athletic, en una temporada dura aunque provechosa para los cachorros de Cuco Ziganda, le volvió a abrir las puertas del primer equipo el pasado verano y realizó la pretemporada junto a los también canteranos Óscar Gil, su compañero habitual en el centro de la zaga, y Mikel Vesga.

Yeray convenció a Txingurri. La rapidez y contundencia del que algunos ya apodaban El Puyol de Lezama le hicieron un hueco en una plantilla en la que sin el retirado Gurpegui aparecía como tercera opción para el puesto de central derecho por detrás de Eneko Bóveda y Xabi Etxeita.

Después de no ser ni convocado en las tres primeras jornadas, el de Barakaldo se estrenó en el debut europeo del Athletic ante el Sassuolo. Yeray fue prácticamente el único jugador que se salvó de aquel naufragio en Italia y desde ese partido se convirtió en prácticamente fijo en el equipo titular.

Rápido, seguro, eficaz, sin apenas errores y con una salida de balón más que notable Yeray sorprendió incluso al propio Valverde, que encontró una inesperada solución a lo que apuntaba a ser uno de los puestos más delicados del equipo.

Desde aquella cita lo ha jugado prácticamente todo. Salvo en Granada, todavía en septiembre, y dos partidos más -Bernabéu y Osasuna- por un fuerte esguince del que se recuperó en tiempo récord, el defensa ha participado en todos los partidos, tanto en Liga como en Europa y la Copa, hasta ayer.

Su ausencia de la convocatoria frente al Racing fue interpretada como un merecido descanso otorgado por Valverde a uno de sus grandes baluartes, pero unas horas más tarde se iba a confirmar que los motivos de esa baja era bien distintos.

Ya con molestias, el central jugó el pasado domingo frente al Celta su último partido antes de ser sometido a las pruebas que han confirmado la presencia de ese tumor en el testículo derecho que le va a apartar por ahora de los terrenos de juego. Yeray, sin embargo, no se rinde. “Estoy seguro de que todo va a salir bien y volveré mas fuerte”. - Efe