madrid - El pasado 16 de agosto es una fecha que todavía renquea en las mentes de las jugadoras de la selección española de balonmano. Aquel día sufrieron una de las derrotas más dolorosas de toda su carrera deportiva, cayeron ante Francia (26-27) en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río. Y lo hicieron en la prórroga tras desperdiciar una jugosísima renta de siete goles. Arruinaron una primera parte perfecta, para el recuerdo y los arcanos, y se marcharon a casa con la sensación de haber perdido su mejor oportunidad para morder un oro. Sin embargo, cuatro meses después, Las guerreras regresan a las pistas para competir en el Europeo de Suecia -que se disputa desde hoy hasta el próximo día 18-. Lo hacen como vigentes subcampeonas continentales, con nuevas ilusiones y, sobre todo, con la ilusión que otorga la oportunidad de desquitarse de aquella pesadilla. “La derrota ante Francia de ese 16 de agosto nos dejó muy tocadas, pero tiene que valer como punto de inflexión para seguir creciendo como equipo y continuar con la leyenda que tenemos de guerreras”, destacó el seleccionador estatal, Jorge Dueñas.
Compartiendo grupo con Suecia, Serbia y Eslovenia, la selección española reconoce no mirar más allá de la primera fase. Admite no buscar posibles cruces más asequibles u oponentes directos más sencillos porque, en palabras del propio Dueñas, “aunque puede parecer que nos haya tocado rivales sencillos, en un Europeo todos nos pueden ganar”. Por ello, el entrenador, convertido ya en el seleccionador con más encuentros oficiales al frente del combinado estatal, no se confía y acude al partido inaugural, aquel que le enfrenta hoy (18.00 horas) al combinado anfitrión, con pies de plomo: “Empezamos contra el equipo a priori más fuerte del grupo, con más nombre y tradición y que, además, juega ante su público. Viene de ser medalla de bronce en el anterior Europeo y conseguir los dos puntos ante Suecia nos daría mucha confianza para afrontar el resto de la competición”. A pesar de ello, Dueñas tampoco se olvida de la selección de Serbia -contra quien jugarán el próximo martes (18.30 horas)- y de Eslovenia (jueves, 18.30 horas), rivales más sencillos sobre el papel, pero que pueden complicarle la existencia a Las guerreras. “Serbia y Eslovenia son los eternos equipos balcánicos, aquellos que siempre compiten bien y que tienen muchas ganas de volver a ser importantes”, explica. “Después de una cita olímpica siempre hay muchos cambios en las selecciones, tanto de jugadoras como de entrenadores, por eso es una incógnita saber cómo van a funcionar los equipos. Es imposible citar a un favorito”, explicó Jorge Dueñas.