La Unión Deportiva Las Palmas se ha convertido en uno de los equipos más agradables de ver en Primera División. Después de lograr el ascenso a la máxima categoría del fútbol estatal en la temporada 2014-15, el cuadro insular se ha apoyado en la cantera y en el buen gusto por la pelota para armar un bloque sólido y con la posesión del esférico como principal arma. La llegada al banquillo de Quique Setién mediado el curso pasado -tras la destitución de Paco Herrera en la octava jornada- dio a los canarios el impulso necesario para confiar a todas luces en un estilo de juego que interpretan a las mil maravillas quienes se han formado en las categorías inferiores del club.
En total son trece los canteranos que pugnan con fuerza en la primera plantilla amarilla, convirtiendo así a Las Palmas en el tercer equipo de la categoría que más jugadores criados en sus entrañas presenta en sus filas. Solo el Athletic, líder en tan singular clasificación con veinte antiguos cachorros, y la Real Sociedad, con quince futbolistas formados en Zubieta, superan los registros del próximo rival del Alavés, que presume de un vistoso fútbol con aroma propio. De ello se encargan, cual guardianes de un estilo y de una idea: Lizoain, David Simón, David García, Dani Castellano, Javi Castellano, Vicente Gómez, Momo, Hernán, Roque Mesa, Jonathan Viera, Tyronne, Tana y Asdrúbal, todos con pasado en las categorías inferiores de la entidad canaria.
Por encima del resto, no obstante, emerge la figura de Viera, el heredero de Juan Carlos Valerón, el ilustre excanterano de Las Palmas que abandonó la práctica del fútbol al término de la pasada campaña, en la que el equipo canario llegó a contar con dos canteranos más debido a la presencia en el plantel de Ángel López y Nauzet Alemán, ambos fuera del club este año. Ha sido la retirada de Valerón, precisamente, la que ha obligado a Viera a dar un nuevo paso al frente para liderar dentro y fuera del campo a sus compañeros, de quienes ejerce como guía al calor de unas extraordinarias cualidades técnicas para el manejo del balón. Por sus botas, no en vano, pasa un elevado porcentaje de las jugadas ofensivas de los insulares, acostumbrados a ver la luz a través de los ojos del 21 amarillo, que suma cuatro goles y tres tantas asistencias en los diez partidos de liga que ha disputado este curso.
Como principales escuderos de un estilo perfectamente definido asoman Roque Mesa -que no podrá jugar en Vitoria por sanción- y Tana, otros dos futbolistas formados en la isla y que cuentan con sello propio. El primero, reconvertido a la demarcación de mediocentro tras ganarse un puesto en el primer equipo como mediapunta, es el canalizador del juego de Las Palmas. A sus 27 años, el centrocampista canario a punto estuvo de recalar en verano en el Sevilla de Jorge Sampaoli, pero los hispalenses encontraron en el presidente Miguel Ángel Ramírez un auténtico muro a la hora de dar vuelo a las negociaciones. Su continuidad en el equipo se celebra semana tras semana en el Estadio Gran Canaria, donde Mesa encadena exhibición tras exhibición tanto a la hora de robar como a la de construir.
Con el balón en los pies es como se hace notar Tana, el último canterano de Las Palmas en alzar la voz para ganarse con creces un lugar en el once inicial. Tras iniciar la temporada lesionado, el volante canario desafiará mañana al Alavés con tres goles y una asistencia en su haber. En la línea defensiva uno de los fijos es Dani Castellano, ahora reconvertido en lateral izquierdo y que tuvo una breve etapa en Vitoria en la temporada 2008-09, que concluyó con el descenso a Segunda División B.
Un modelo innegociable La apuesta por los jugadores de la tierra, más allá del presupuesto disponible para tratar de sobrevivir con los menores apuros posibles en Primera, se presenta como innegociable desde el punto de vista de la entidad canaria. Así lo aseguró su presidente al inicio de la presente temporada, cuando hizo un balance de los resultados obtenidos el pasado ejercicio futbolístico, el primero en la elite tras el ascenso de categoría.
“Al final decidimos creer en nuestra cantera, en su fútbol innovador y en estar orgullosos por cómo hacemos las cosas”, destacó Ramírez, quien recordó que al principio de la campaña 2015-16 fue “muy duro” jugar con dieciséis canteranos en “la mejor liga del mundo”, aunque desde el momento inicial había hecho hincapié en que dichos jugadores trataban con “mucho cariño” al balón y al club. En Mendizorroza, el Las Palmas volverá a mostrar su plena confianza en un modelo con características propias. No en vano, aprovechando el viaje a Vitoria enlazado con el partido copero en Huesca, Setién tiene a sus órdenes en este desplazamiento a otros dos jóvenes canteranos como José Artiles y Guanche.
Por alcanzar en un futuro más o menos cercano el vestuario del primer equipo luchan a diario numerosos niños en la entidad insular. “Hay que dormir con el balón y despertarse con los libros”, reza el lema de la escuela de formación del club canario, en la que se trabaja a destajo para dar cuerpo y forma a futuras generaciones de futbolistas con ADN propio. El reto de Las Palmas a medio y largo plazo radica en ello, en mantener, potenciar y renovar una cantera que presume de grandes quilates con Viera, Mesa y Tana como principales patrimonios de un club en horas altas.