Bilbao - Tras descender con el Villarreal en 2012, Miguel Ángel Lotina (Meñaka, 1957) se ha vuelto un trotamundos. Primero probó suerte en Chipre, donde fue destituido del Omonia Nicosia tan solo 32 días después de ocupar su banquillo; luego se marchó a Catar para dirigir, en dos etapas, al Al-Shahaniya -con quien logró el pasado julio el ascenso a Primera-; y ahora, en apenas dos semanas, se marcha a Japón. El técnico vizcaíno ha firmado por dos temporadas con el Tokyo Verdy, un histórico de la liga nipona que en febrero empieza el reto de ascender a Primera.
¿Por qué decide marcharse a Tokio?
-Siempre he tenido referencias muy buenas de la sociedad japonesa y de su forma de trabajar. Además, he visto bastante fútbol japonés y allí hay mucha pasión por este deporte. Va mucha gente a los estadios y es lo que echaba en falta en Catar, donde el trato es maravilloso, pero no existe esa pasión. Así que me apetecía trabajar con gente que disfruta del fútbol.
¿Ya se ha hecho a la idea de que va a vivir tan lejos?
-El problema en Japón va a ser el idioma porque en Catar te puedes manejar en inglés, pero en Tokio habrá más problemas.
Igual vuelve sabiendo japonés.
-Quiero aprender a saludar, dar las gracias y las palabras que me sirvan para entrenar. No para dar charlas, pero sí para corregir en el campo. Con eso será suficiente.
¿Qué conoce del Tokyo Verdy?
-Fue uno de los dos clubes que fundaron la liga. Hace unos 12 años cambiaron de sede para asentarse en Tokio y, entonces, empezaron a tener problemas. Ahora es verdad que siguen en Segunda, pero el club ya está bastante asentado y trabaja mucho la cantera.
El fundador de la liga está en Segunda, ¿a nivel deportivo y social es como si descendiera el Athletic?
-Sí, más o menos. Son dos clubes que se asemejan porque el Tokyo Verdy también es un club de cantera y tiene mucha historia. Pero el problema que tienen no es el descenso, sino que llevan ocho años en Segunda y les está costando volver, así que sería un éxito inmenso lograr el ascenso.
¿Es el objetivo que le han puesto?
-Quieren ascender, pero tampoco hay prisa porque es un equipo que ha quedado a 30 puntos del primero la temporada pasada y va seguir con la misma plantilla, así que tienen los pies en el suelo. Lo que quieren es trabajar el fútbol base, con la academia y los entrenadores. Cambiar un poco su forma de funcionar.
¿Por que se fijaron en usted?
-Sobre todo por mi historial, he jugado Champions con tres equipos diferentes y no es fácil. Y también porque el fútbol español lo hace bien en Europa y es un fútbol que a todo el mundo le gusta. Estoy con muchas ganas porque Japón me puede ir muy bien, allí se puede mejorar mucho el aspecto táctico, que es donde yo me encuentro cómodo.
Cogió al Omonia Nicosia en diciembre de 2013 y lo dejó en febrero de 2014. En su primera experiencia en Catar con el Al Shahaniya solo dirigió dos partidos. ¿Espera tener mejor suerte en Japón?
-En Chipre estuve 32 días y fue un caos porque el equipo tenía problemas económicos. Y en Catar dimití por un problema de gestión de la plantilla. Después descendieron y me volvieron a llamar. Como no tenía ofertas, acepté y salió bien porque ascendimos; pero me volví a marchar por las mismas discrepancias con la directiva. De hecho, este verano contactaron conmigo de nuevo, pero ya estaba metido de lleno con el Tokyo Verdy. Por eso creo que en Japón mi experiencia será diferente en cuanto a objetivos y a la forma de trabajar.
¿Por qué?
-Llevamos meses hablando de todo, hemos tenido muchas reuniones y lo preguntan todo. Tienes entrevistas de trabajo muy largas donde lo dejan todo atado. Se interesan por quién eres, por tu forma de ser y manera de trabajar; y en Europa a los entrenadores se les contrata por modas.
Usted en la liga española tiene la fama de descender equipos. ¿Cree que eso marcó su carrera?
-Sin ninguna duda. Llegó un momento en el que pensé que, cuando dejara de entrenar, no iban a descender equipos y resulta que llevo varias temporadas fuera de la liga española y continúan descendiendo tres por año. Si preguntas a diez aficionados quién descendió al Deportivo la última vez, los diez te dirán que Lotina. Y no es así. Después de mí descendió de nuevo y nadie se acuerda. Sin embargo, de que yo descendí al Dépor se acuerda todo el mundo. Es curioso, pero es así y hay que aceptarlo.
Lo acepta, pero le parece injusto.
-Claro porque se habla muy poco de mis ascensos. Tengo cuatros ascensos como entrenador y alguno más como jugador. Soy de los pocos técnicos que ha subido desde Preferente a Primera. Casi nadie puede decir eso. Pero no se habla de ello. España es así.
¿Cree que si se hablara también de sus éxitos seguiría entrenando en España?
-Sí. Porque lo mismo me pasó con el Celta. El equipo descendió, pero cuando a mí me cesaron, no estaba en descenso y faltaba mucho más que una vuelta. Yo lo dejé en octubre y bajaron en julio, pero nadie se acuerda de quién era el entrenador. Muchos te dirán que Lotina. Parte de la prensa se ha preocupado mucho de decir medias verdades.
¿Entonces no se plantea volver a la liga española?
-Nunca sabes hacia dónde irá tu carrera, pero la liga española no es una posibilidad a corto plazo.