Lo de afilar los codos no solo acontece en los duelos entre las vallas, sino también lejos de las mismas; en los despachos que gobiernan en el ciclismo. Atrincherados unos en la UCI (Unión Ciclista Internacional), entidad que rige el ciclismo, y otros en la Aiocc (Asociación Internacional de Organizadores de Carreras Ciclistas), ente que engloba a RCS Sport, Flanders Classics y ASO, dueños de las carreras más importantes del mundo como Tour, Giro, Vuelta, los cinco monumentos, Tirreno-Adriático, Strade Bianche, París-Niza, Flecha Valona, Gante-Wevelgem... la guerra entre ambos bandos está servida.
La decisión unilateral de la Aiocc de encoger el pelotón para la próxima campaña, reduciendo el número de corredores por equipo en la salida de sus respectivas carreras, que pasará de 9 a 8 en las grandes vueltas y de 8 a 7 en las demás pruebas, ha sido la última carga explosiva que ha estallado en el inestable ejercicio de equilibrio en el que convive en el ciclismo.
La decisión de los organizadores, que no contaron con la UCI ni tampoco con los equipos ni los ciclistas, responde, según el comunicado que difundieron, a un doble objetivo: “el primero es el de mejorar las condiciones de seguridad de los corredores, para que el pelotón sea menos invasivo en unas carreteras que cuentan con más cantidad de mobiliario urbano. El segundo, consecuencia del primero, es la de evitar el hermetismo de las carreras, insuflando un plus de deportividad a las pruebas, para alegría de todos los fans de ciclismo”.
Desde la UCI, quien legisla las carreras, no tardó en ser rechazad la medida adoptada por los grandes organizadores. “Mientras que una reducción potencial en el tamaño de los equipos puede reflejar una opinión sostenida por algunas partes interesadas, incluyendo algunos organizadores de carreras, cualquier cambio a las regulaciones que gobiernan el ciclismo profesional de carretera masculino debe ser consensuado por el Consejo de Ciclismo Profesional (PCC en inglés) el que esos organizadores están plenamente representados”, redactaron en la UCI. El organismo rector del ciclismo subrayó que “este tema fue discutido en la última reunión del PCC en noviembre de 2016 y se acordó considerar en detalle las implicaciones de dicha reducción en los próximos meses, sin cambios para 2017”. La batalla, abierta de par en par.
los corredores, perjudicados En medio, como rehenes de un macabro juego por el reparto del poder y del dinero, se encuentran los corredores y sus respectivos equipos, los páganos de las luchas intestinas entre dos organismos que se muestran dispuestos al combate cuerpo a cuerpo. El planteamiento de los organizadores, que se fundamenta en la seguridad de las carreras y en la ganancia de un supuesto espectáculo, al reducir sensiblemente el número de participantes, se ha discutido desde las formaciones. Restar corredores en el pelotón supondría una merma de ciclistas porque los planteles no necesitarían tantos ciclistas y el ajuste de plantillas provocaría, a su vez, un efecto dominó que contagiaría a técnicos, auxiliares, mecánicos, masajistas etcétera. Eso fue lo que denunció Patrick Lefevere, manager del Quick-Step. “Con esta medida, a finales del año que viene 100 corredores y 25 auxiliares perderán su empleo”. Otros directores se quejaron porque el anuncio de la medida, a finales de noviembre, les impedía maniobrar y sacar la tijera para afeitar las formaciones y ahorrar costes porque la situación que plantean los organizadores sería ventajosa en cualquier negociación.
Frente al planteamiento de los organizadores, Gianni Bugno, presidente de la Asociación de Ciclistas Profesionales, envió el pasado sábado una carta al presidente de la UCI, Brian Cookson, oponiéndose radicalmente a que se cumpla la medida lanzada por los organizadores, que abogan por una mayor seguridad y más espectáculo. El pasado Tour, que el Sky manejó de punta a punta, serviría de ejemplo para ese objetivo. Los organizadores tratan de vender la medida como un paquete que aúna mayor seguridad y un ciclismo más abierto y espectacular. Si bien la búsqueda de una mayor seguridad tiene todo el sentido, los organizadores también deberían realizar un ejercicio de autocrítica porque son ellos los que eligen trazados que, en la actualidad, no son precisamente de lo más seguro en su incesante búsqueda del espectáculo. Por otra parte, el dominio de uno u otro equipo, más que al número de efectivos está íntimamente ligado a la calidad de sus corredores. A igualdad de efectivos, se imponen los más fuertes, los mejores. Sin embargo, en la lucha que mantienen la UCI y la Aiocc, sirve para dinamitar el pelotón. Días de guerra.