BOGOTÁ- La tragedia. La muerte. El horror. La desgracia más absoluta se cebó ayer con el Chapecoense, un club humilde del sur de Brasil que viajó en familia y con la ilusión por bandera a Colombia para disputar su primera final internacional. La cara, dentro de la catástrofe, la protagonizaron quienes tuvieron la inmensa fortuna de no formar parte del vuelo CP 2933. Uno de ellos fue el tercer guardameta del equipo, Marcelo Boeck. El portero cedido por el Sporting de Portugal solicitó un permiso para no viajar y poder celebrar así su 32 cumpleaños, obteniendo el visto bueno de su entrenador, Caio Junior.
El técnico brasileño, fallecido en el accidente aéreo, a punto estuvo de viajar junto a su hijo Matheus Saroli, que había sido invitado para viajar con el equipo. El joven, sin embargo, no pudo subir al avión en el último momento al olvidar su pasaporte. Tras conocer la muerte de su padre, Salori pidió privacidad en un mensaje colgado en su cuenta de una red social. “Somos fuertes, vamos a pasar por esto. Gracias a todos”, señaló. También el alcalde de Chapecó, Luciano Buligon, sorteó la muerte, pues llegó a viajar a Sao Paulo para acompañar al club, pero cambió de opinión antes de embarcar para hacer un curso y decidió retrasar su viaje hasta ayer.
El presidente de la Asamblea Legislativa de Santa Catarina, Gelson Merisio, por su parte, optó a última hora por no subir al avión debido a la necesidad de estar presente en ciertos compromisos políticos. La misma decisión tomó el vicepresidente del club brasileño, Ivan Tozzo, quien rechazó la opción de embarcar, a pesar de que su presencia en el vuelo estuvo confirmada hasta el último momento.
Quien en ningún momento pensó en abandonar el avión siniestrado fue el joven Tiaguinho, golpeado por la fatalidad. A sus 22 años, el atacante brasileño perdió la vida tras recibir la noticia por parte de su esposa de que iba a ser padre. El futbolista, horas antes de embarcar, publicó un video a través de sus redes sociales abriendo el regalo con el que se enteró de tan feliz acontecimiento. El destino, sin embargo, le despojó ayer de cualquier felicidad futura, dejando con el alma destrozada a aquellos compañeros de vestuario que no formaron parte de la expedición por decisión técnica o problemas físicos.
martinuccio, el extranjero El argentino Alejandro Martinuccio, exjugador del Villarreal y único jugador no brasileño del Chapecoense, se quedó en tierra al estar lesionado. Los servicios médicos del club decidieron que no viajara hasta Colombia para continuar con su proceso de recuperación en Brasil.
“Esto es muy difícil. Las cosas pasan, pero no sé por qué. Este club es maravilloso, con unos compañeros de primera. Todo el mundo acá está muy triste, es muy difícil todo esto”, acertó a señalar Martinuccio pocas horas después de conocer el fatal desenlace, del que también escaparon, además del citado Boeck, los futbolistas Rafa Lima, Neném, Demerson, Andrei, Hyoran, Moisés y Nivaldo. Ellos protagonizaron, junto con el resto de supervivientes, la cara dentro de la gran tragedia.