VITORIA - Maider Unda escenificó ayer de manera pública su retirada de la alta competición con la voz quebrada y tratando de dar lectura a un comunicado que se le hizo eterno. “Sabía que tenía que llegar el día desde que empecé con la lucha como un juego cuando tenía nueve años. Mi ilusión siempre ha sido seguir adelante hasta donde me dijera mi cabeza”, comenzó la alavesa. A punto de romper a llorar puso fin a 30 años de su vida enfocados a hacer de la pasión por la lucha su modo de vida y alcanzar grandes logros como los innumerables títulos de Campeona de España o la medalla de bronce lograda en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. La luchadora alavesa ya es parte de la leyenda de esta disciplina porque ella es la primera en colgarse del cuello el único metal logrado hasta la fecha por la lucha española.

Fue precisamente tras ese hito en tierras británicas cuando la de Olaeta decidió dar un giro a su vida y abrir un paréntesis en la alta competición. Se volcó en su deseo de ser madre y alumbrar el nacimiento de su primera hija, antes de retomar la rutina competitiva con la mirada fija en repetir su presencia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y optar a reeditar el éxito de la medalla. Sin embargo una rotura de fibras a comienzos de este año empezó a torcer sus deseos y a alejarla del sueño olímpico. No logró el pasaporte en los clasificatorios previos y ahí empezó a intuir que su punto final había llegado. “Es una decisión muy meditada tras los torneos previos a los Juegos Olímpicos y decidí que mi carrera había terminado”, comentó con resignación ayer en la sede del Gobierno Vasco en Lakua. Contó con el total apoyo de la consejera de Cultura, Cristina Uriarte, el Director de Deportes, Jon Redondo, la coordinadora de Basque Team, Olatz Legarza, y la inseparable figura de Luis Crespo que ha sido su mentor durante las tres décadas de carrera.

Fruto de la evolución personal se le han ido abriendo a Maider Unda nuevas puertas que ha ido arrinconando las trascendencia del deporte. “Tenía claro que no quería seguir en la alta competición”, desgranó la alavesa medalla de bronce. Cuestiones como la “edad, las lesiones y sobre todo mi hija”, han llevado a la ya exluchadora a la firme convicción de echarse a un lado y poner el punto final a su etapa profesional. “Mi prioridad ahora no es la lucha. Me he quitado un peso de encima”.

Expresó su agradecimiento a todos aquellos que le han acompañado en esta “afortunada” trayectoria que le ha permitido “vivir mi deporte desde la etapa aficionada hasta la profesional y llegar a alcanzar el sueño olímpico, diseñando un programa en el que nadie creía”, reiteró. El camino de estas décadas “no ha sido fácil”, llegó a reconocer pero fueron precisamente esas “decisiones difíciles las que nos llevaron hasta alcanzar todo lo logrado”, incidió. el mejor recuerdo que se lleva de estos años como deportista de alto nivel es “haberme formado como persona”, resumió en medio de la emoción llegando a contener las lágrimas.

“Es la deportista perfecta” Además de las autoridades que la arroparon en la mesa presidencial quiso Unda que también figurara su fiel acompañante, Luis Crespo, que a lo largo de estos años ha cuidado y trabajado junto a ella para guiarla a los éxitos. “Siempre me ha apoyado, ha estado a mi lado y me ha respetado en todas las decisiones”, ensalzó la de Olaeta. Por su parte el preparador remarcó la “complicidad absoluta” con Maider y llegó a calificar a su pupila como la “deportista perfecta que cualquier entrenador quisiera tener”. De cara al futuro, ambos tienen entre manos un proyecto “ilusionante” para inculcar los valores de la lucha como deporte a través de centros escolares y en colaboración con diversos ayuntamientos.