Iker Gordon (Sopela, 1990) tiene una sonrisa, mira la pala que lleva en las manos y se muestra contento con su nueva faceta como palista profesional. Lo hace instantes después de estampar su vinculación con Innpala, que le abrochará a los mejores pelotaris de la especialidad. Ya se fajó entre ellos antes del verano en el Open Internacional, donde buscó su sitio junto a Pablo Fusto. Sin embargo, ha sido la baja de Mikel Aierbe, retirado, la que le ha abierto el camino profesional. Se estrenará hoy ante su gente, en Sopela. Desde los ocho años, Gordon pertenece a la disciplina de Kurene y, aún, continúa en sus filas como técnico. “Una de las condiciones a la hora de firmar el contrato era debutar en Sopela. Allí estoy como entrenador y he pasado toda mi vida como pelotari. Espero que haya buen ambiente y la gente disfrute”, desvela el nuevo zaguero de la generación Innpala.
Cuenta Iker, además, que “será difícil”. “Pensaba que iba a ser un partido de exhibición, pero será nuestro estreno en la Liga Kutxabank. Trataré de dar el máximo”, agrega. Compartirá gerriko con Pablo Fusto, con el que ya formó en el Open. “Es un gran palista. Tiene grandes posturas. Es capaz de golpear de cualquier manera”, define, quien agrega además que “se me hace complicado jugar con él porque estoy acostumbrado a dar muchos pelotazos. Cuando tienes poca pelota quieres hacerlo bien y soltarle. Es difícil, pero espero amoldarme bien a base de entrenamientos”. Sostiene también que “un poco más de presión sí que tengo por jugar con Fusto, ya que está considerado el mejor. Espero saber llevarlo”. Su nueva andadura se iniciará ante Gaubeka-Ibai Pérez, un parejón, a partir de las 18.30 horas.
Hoy descorchará un camino distinto en su vida. “Este nueva etapa la tomo con mucha ilusión. Llevo alrededor de un año entrenando con Innpala. En estos últimos meses me he puesto en serio y he hecho tres ensayos por semana con los pelotaris de la empresa para tratar de ponerme a su altura. Cuestión complicada. Poco a poco me veo con mayor confianza en mí mismo”, certifica Gordon, quien establece que la principal diferencia entre aficionados y profesionales radica en que “cambia el peso del material y de la herramienta, ya que en el campo amateur se juega a pala corta”. “Además, aquí todo el mundo juega una barbaridad. Todos los rivales son durísimos. Si quieres ganar cualquier partido, tienes que dar el cien por cien”, apostilla. Otra de las circunstancias importantes es el saque: “En frontón corto me adapto bien, porque saco bombeado y la pelota se mete en la pared izquierda. Además, el suelo del Bizkaia tira y es difícil que entren los delanteros. En los frontones largos, en contra, me defiendo algo peor. Cuando vayamos a esas canchas, tendré que hacer mayor hincapié en el saque”.
El guardaespaldas vizcaíno estudió Educación Física y lleva él mismo su preparación y su adaptación al leño. “Suelo salir a correr y ejercito la fuerza y las demás cualidades. De momento me ha ido bien. La fuerza es necesaria en este nivel de exigencia. Aquí hay que soltarle a cada pelotazo al máximo. Quizás en el campo amateur vale con llevar a buena. En profesionales eso no sirve, porque la siguiente pelota viene peor. Hay que dar velocidad al empale, porque los delanteros hacen daño si tienen pelota para entrar”, recita el sopelarra.
Con 26 años, Innpala le abrirá las puertas al profesionalismo, cuestión complicada cuando se va avanzando en edad. “Siempre he tenido la ilusión de jugar a pala y debutar aquí. Se me dio la opción cuando me comenzaron a llamar para entrenar. Le cogí el gustillo al leño, me gustó, me encontré bien y seguí jugando. Lo que más pena me da es dejar de jugar a otras especialidades, porque creo que me he desenvuelto bastante bien en todas”, revela. Y es que, el zaguero sopelarra es un todoterreno, un privilegiado. A base de derroche ha sido un comodín. Hasta el momento ha jugado a one wall, a frontball, a mano trinkete, a pala en trinkete, a mano en frontón, a pala corta y, ahora, a pala. “Son todas especialidades complicadas y cada una tiene su morbillo. Me gustan todas”, analiza. Declara Iker que no sabe cuál es la receta de su éxito, pero es pelotari de los pies a la cabeza. “Eso se verá ahora”, desbroza. “Suelo decir a los chavales que entreno en la escuela que no valen solo las horas de entrenamiento, que un pelotari se hace en la calle, jugando después de todos los ensayos. Yo, de pequeño, jugaba en todas las esquinas: con la mano, con una pala, con lo que fuera. Eso me ha servido para amoldarme a todas las especialidades”, finaliza Gordon, la nueva perla vizcaína de Innpala.