LAS VEGAS - Timothy Bradley es el nexo de unión entre una superestrella como Manny Pacquiao y Jessie Vargas, que batallarán mañana por el cinturón del Campeonato del Mundo wélter de la Organización Mundial de Boxeo en el Thomas & Mack Center de Las Vegas. El boxeador filipino, una leyenda, tumbó al californiano hace siete meses, el 9 de abril, y decidió que se le había terminado su carrera. Casualmente, el excampeón Bradley selló ante Vargas la única derrota en la carrera del de Los Ángeles. PacMan y Vargas se enfrentarán en busca del cetro de los wélter en la nueva vuelta de tuerca del púgil asiático, que no tuvo suficiente con Bradley, que le enseñó el camino a tender sobre la lona al mexicano-estadounidense.

Ocurre que el regreso de Manny alumbra la nueva posibilidad de reflotar el enfrentamiento multimillonario entre él y Floyd Mayweather Jr. Una segunda oportunidad. Conseguir el título ante Vargas por K.O. podría resucitar la opción de un nuevo combate del siglo.

Tal y como ha revelado en sus declaraciones el propio Pacquiao, el regreso al ensogado se debe al dinero, sí; pero también puede optar a reinar por tercera vez con el cetro de los wélter. Se enfrenta a un adversario de 27 años, poseedor del título al vencer en marzo al estadounidense Sadam Ali y un récord de 27 victorias, diez antes de tiempo, y una sola derrota, ante Bradley a los puntos en junio de 2015. Más tarde, Manny tumbó al californiano y paró el contador. En las casas de apuestas le colocan de favorito.

En el cruce de caminos de Las Vegas, dos boxeadores con distinto pelaje se enfrentarán con diversos objetivos. Por un lado, Pacquiao llega en el camino de vuelta, ocho títulos mundiales en ocho pesos diferentes y con 37 años y “bien físicamente”. Vargas, recientemente coronado, diez primaveras más joven, en el andén de ida, pretende consagrase en la arena de Nevada, donde los sueños se cumplen para los que apuestan fuerte. - I. G. Vico