Alo largo de su historia, la NBA ha ido cogiendo brillo y lustre impulsada por las rivalidades, tanto colectivas como individuales. Aquellas luchas sin cuartel entre Boston Celtics y Philadelphia 76ers en los 60 casi siempre resueltas a favor de Bill Russell y los suyos para desesperación de Wilt Chamberlain, los enfrentamientos entre Los Angeles Lakers y los de Red Auerbach y los New York Knicks ya con los 70 vigentes, la definitiva explosión de la competición con las pugnas deportivas entre Magic Johnson y Larry Bird (lo que es lo mismo, Lakers vs. Celtics) en los 80... Desde hace un par de temporadas, la competición estadounidense, que levantará el telón de un nuevo curso hoy de madrugada, ha dado la bienvenida a otro enfrentamiento que amenaza con volver a monopolizar el interés de la liga. En un rincón, los brillantes Golden State Warriors, campeones en 2015; en el otro, los hercúleos Cleveland Cavaliers, que se llevaron el anillo a Ohio en 2016. O lo que es lo mismo, en una esquina el efervescente Stephen Curry con compinches de la talla de Klay Thompson y Andre Iguodala; en la otra, el brutal LeBron James secundado por Kyrie Irving y Kevin Love. Todo apunta a que ambos volverán a cruzar guantes en pos de la gloria en este nuevo ejercicio, pero con una salvedad. Una enorme salvedad. Kevin Durant ha entrado en la ecuación.
El desembarco de Durantula en los Warriors procedente de los Oklahoma City Thunder ha provocado un seísmo en la NBA. Si los de Steve Kerr eran ya los grandes dominadores del Oeste, el desembarco del MVP de 2014 y cuatro veces máximo anotador de la liga conforma junto a Curry y Thompson un Big Three sin precedentes. Durante la pasada campaña, Golden State gastó demasiadas balas para desbancar a los Chicago Bulls de la campaña 1995-96 como equipo con mejor balance en temporada regular en la historia de la NBA -dejó la marca en 73 triunfos y solo 9 derrotas-, pero pagó los esfuerzos en la final, perdiendo por lesión a Andrew Bogut y jugando mermados por las dolencias físicas de Curry e Iguodala. Pese a todo, los Cavaliers solo acabaron por desnivelar la balanza en la última jugada del último partido, un soberano triple de Irving, por lo que la pregunta es obvia. ¿Son imbatibles estos Warriors con la suma de Durant?
Casi todos los especialistas estadounidenses colocan a Golden State en la pole position de los aspirantes al título de 2017, pero tampoco sería la primera vez que la suma de enormes individualidades pincha en hueso. Como muestra, basta recordar aquellos Lakers de 2004 derrotados de manera abrumadora por Detroit pese a tener en nómina a Kobe Bryant, Shaquille O’Neal, Karl Malone y Gary Payton. Sin embargo, lo normal es que Durant encaje como anillo al dedo en los sistemas de Kerr para dar lugar a un juego exterior con una capacidad anotadora brutal. Gran parte del trabajo del entrenador recaerá en saber domar los egos de las superestrellas para que se sometan a las necesidades del colectivo. Las declaraciones de los tres han ido por esa senda durante la pretemporada, pero habrá que comprobar si los hechos las respaldan. Si es así, los Warriors no deberían tener rival en el Oeste e incluso partirían con ventaja en una hipotética final de la NBA ante Cleveland porque, además, han sabido suplir con fichajes tan importantes como los de David West y Zaza Pachulia las bajas de Bogut, Leandro Barbosa, Harrison Barnes y Festus Ezeli.
Y mientras en Oakland han apostado por la revolución para recuperar el trono, los Cavaliers han optado por la continuidad para retenerlo. El pasado curso por fin pudo cumplir con su anhelo de dar a la ciudad de Cleveland su primer título de la NBA, pero King James quiere más. Con un equipo y cuerpo técnico diseñados prácticamente en su totalidad por él mismo, LeBron debería tiranizar una vez más la Conferencia Este -acumula seis presencias consecutivas en la final-. La reciente renovación de J. R. Smith ha blindado un núcleo que solo ha sufrido las bajas de Timofey Mozgov y Matthew Dellavedova y las adiciones de Chris Andersen y Mike Dunleavy. El grupo funciona de memoria, dio un paso al frente con la llegada a media temporada al banquillo de Tyronn Lue y secundarios como Tristan Thompson siguen creciendo. ¿Será todo esto suficiente ante la dinamita de los Warriors? Sobre el papel puede que no, pero nunca hay que subestimar el ardor guerrero de LeBron James.
Alternativas lejanas Cualquier final que no enfrente por tercera vez consecutiva a Warriors y Cavaliers sería toda una sorpresa. Existen alternativas en ambas conferencias, pero tal es el potencial de los de Oakland y los de Ohio que las opciones del resto de franquicias son más que lejanas. En el Este aguardan los Toronto Raptors de DeMar DeRozan y Kyle Lowry, que han cubierto la marcha de Bismack Biyombo con el fichaje de Jared Sullinger; los interesantes Boston Celtics dirigidos por Brad Stevens, reforzados con Al Horford en el puesto de pívot; y unos Indiana Pacers que aspiran a llegar lejos tras incorporar a Jeff Teague, Thaddeus Young y Al Jefferson a un núcleo interesante de jugadores liderado por Paul George.
En el Oeste, queda por comprobar si la pujanza de los San Antonio Spurs, liderados ahora por Kawhi Leonard y LaMarcus Aldridge, con Pau Gasol supliendo a Tim Duncan, es ya cosa del pasado y si Los Angeles Clippers de Chris Paul, Blake Griffin y DeAndre Jordan dan un paso al frente.
Cada pretemporada, los ‘General Managers’ de las 30 franquicias responden a un cuestionario sobre el curso entrante.
Estos han sido los resultados.
Campeón. Golden State (69%), Cleveland (31%).
MVP. LeBron James (46%), Russell Westbrook (23,3%), Stephen Curry (10%).
Jugador más mejorado. Devin Booker (31%), Karl Anthony Towns (13,8%), Myles Turner (10,3%).
Mejor base. Stephen Curry (63,3%) y Chris Paul (20%).
Mejor escolta. James Harden (56,7%) y Klay Thompson (40%).
Mejor alero. LeBron James (76,8%) y Kevin Durant (23,2%).
Mejor ala-pívot. Anthony Davis (29%) y LeBron James (19,4%).
Mejor pívot. DeAndre Jordan (33,3%) y DeMarcus Cousins (26%).
Mejor novato. Kris Dunn (46,7%) y Buddy Hield (13,3%).
Mejor extranjero. Giannis Antetokounmpo (27,6%), Marc Gasol (24,1%) y Nowitzki (22%).
Mejor defensor. Kawhi Leonard (66,7%) y LeBron James (10%).
Mejor suplente. Jamal Crawford (46,7%), Andre Iguodala (40%) y Zach Randolph (6%).
Mejor entrenador. Gregg Popovich (83,3%), Rick Carlisle (13,3%) y Brad Stevens (3,3%).
Equipo más mejorado.
Minnesota (56,7%), Utah (23,3)
y New York (10%).