vitoria - El ser humano tiende, por instinto, a excusarse como remedio instantáneo a las limitaciones o apatías. Sin embargo, existen individuos capaces de anteponerse a las excusas y limitaciones para protagonizar actos que resultan tan motivadores como ejemplares.

Rafa Ledesma pertenece sin duda a este segundo grupo de personas que encuentra en sus limitaciones la motivación necesaria. Y es que este invidente vizcaíno, director de la ONCE en Álava, participará hoy en la Vitoria-Gasteiz Trail de 15 kilómetros pese a su discapacidad visual, una enfermedad degenerativa que le diagnosticaron a los 18 años, negándole el sentido de la vista.

Este hecho convierte a Ledesma en el primer corredor ciego que participa en una carrera de montaña en el País Vasco, algo que le supone una oportunidad para “abrir brecha” y que otros discapacitados se animen a realizar actividades físicas. “Lo mejor es la sensación de superación que sientes al hacer estas cosas. No hay que quedarse en casa encerrado. Hay mucho por hacer, aunque se tenga una discapacidad”, explica el corredor.

Ledesma participará hoy acompañado de dos guías de la Asociación Montes Solidarios, encargada de introducir y ayudar a discapacitados en actividades montañeras. Los guías estarán unidos a él por una barra de aluminio, yendo siempre uno a la cabeza y otro a la retaguardia de la formación.

Con diez maratones a sus espaldas, el de Santurce está acostumbrado al esfuerzo físico que le supondrán los 15 kilómetros del recorrido, pero se encuentra “preocupado” debido al estado del terreno, ya que una carrera de estas características requiere su “máxima concentración” para evitar caídas o lesiones.

La preparación de un invidente para este tipo de carreras dista mucho de parecerse a una preparación tradicional. Además de ir incrementando la dificultad del terreno con cada entrenamiento, Ledesma también tuvo que mejorar la compenetración con sus guías lo que al final se traduce en una “carrera en equipo” por parte de los tres miembros.

Al ser su primera carrera de montaña, el objetivo para este participante es el de disfrutar y terminarla bien: “no tenemos ninguna meta para hoy, solo la de empezar corriendo y terminar corriendo”, enuncia con una sonrisa.

La única superstición que posee Ledesma es la de no estrenar nada en el día de la carrera, aunque admite que es más por seguridad que por suerte. “Ni siquiera estreno la ropa del evento. Procuro ir lo más preparado posible y evitar distracciones”, añade. Algo comprensible cuando se depende de cuatro sentidos. Pero como bien ejemplifica Ledesma, “la dependencia no tiene por qué ser una limitación”.