- Las pistas de Flushing Meadows plantean dos rompecabezas en el US Open, el último Grand Slam de una temporada más agitada de lo esperado, tanto en el circuito masculino como, sobre todo, en el femenino, donde el torneo neoyorkino puede provocar un cambio al frente de la clasificación de la WTA. Angelique Kerber, la jugadora más exitosa del año, amenaza la posición de Serena Williams, que defiende las semifinales de 2015, donde fue eliminada por Roberta Vinci. La estadounidense no ha jugado desde los Juegos Olímpicos para cuidar una lesión en el hombro y su estado de forma es una incógnita. La alemana depende de sí misma para seguir también en el ranking la estela de Steffi Graf.
Garbiñe Muguruza, tercera ahora mismo, también tiene opciones de llegar al número 1, pero para ello necesita alcanzar la final o ganar el título y que sus rivales por la cima no lleguen muy lejos. Las alternativas se abren, por tanto, en el cemento de Nueva York, donde también están en juego puntos casi decisivos para acceder a las Finales WTA que disputan las ocho mejores del curso. Muguruza llega tras hacer semifinales en Cincinnati y su objetivo no es otro que sumar, ya que el año pasado cayó en primera ronda. La vasco-venezolana, Kerber y Williams se han repartido los tres Grand Slams anteriores y no son muchas las jugadoras que en las últimas dos décadas han logrado ganar dos de los grandes el mismo año. Un buen resultado en el US Open metería a Muguruza en la cita de Singapur y la llevaría con menos presión a ese tramo final de año donde defenderá muchos puntos.
La de Caracas, que acaba de firmar como imagen de Rolex, solo jugaría con Serena en la final y abrirá el torneo ante una jugadora de la fase previa, que siempre es un arma de doble filo. En tercera ronda de un cuadro nada sencillo le podría aparecer ya en el camino Mónica Puig, la campeona olímpica, que eliminó a Muguruza en Río. “Espero que este sea mi año, estoy convencida de ello”, ha comentado la vasco-venezolana, que en sus tres presencias anteriores en Flushing Meadows solo ha podido ganar un partido.
Simona Halep, Agnieszka Radwanska, que lleva un año discreto pero también puede ser número 1, y Petra Kvitova cuentan en los pronósticos a la espera de la respuesta que puedan dar la propia Puig o Karolina Pliskova, ganadora en Cincinnati, que nunca han llegado a la segunda semana de un Grand Slam. La tolosarra Lara Arruabarrena abrirá el torneo ante la kazaja Yaroslava Shvedova, peligrosa en pista rápida.
En el cuadro masculino, se asiste a un momento de desgobierno después de que Novak Djokovic cayera pronto en Wimbledon y en los Juegos Olímpicos y Andy Murray aprovechara ambas oportunidades. La duda es saber cómo se ha repuesto mentalmente el número 1 del mundo de esos dos palos, si su competitividad se habrá encendido de nuevo. Djokovic sigue acusando los problemas en la muñeca izquierda que le hicieron perderse el Masters 1000 de Cincinnati. Por eso, muchos dan como favorito al escocés, que hizo final también en Cincinnati y perdió ante el croata Marin Cilic, campeón del US Open en 2014 y que parece llegar fino de nuevo.
Sin los lesionados Roger Federer y Thomas Berdych, se produce en Nueva York el regreso de Rafa Nadal a los grandes torneos. Su exigente programa olímpico despertó su deseo de ganar, aunque ya se sabe que esta no es la mejor superficie para el de Manacor, que también necesita puntos para llegar a las Finales ATP y para volver a colarse entre los cuatro mejores del mundo. Nadal, que debutará ante el imprevisible uzbeco Denis Istomin, ha vuelto a caer en el mismo lado del cuadro del serbio, con el que se cruzaría en una hipotética semifinal. Sin embargo, por ese lado del cuadro va también Milos Raonic, finalista en Wimbledon y candidato a lo máximo también en Nueva York.
Nadal cayó pronto en Cincinnati tras llegar reventado de los Juegos de Río, por eso no puede situar sus expectativas más allá de “tratar de competir al máximo de mis posibilidades, que no sé muy bien cuáles son, y con gran respeto a todos los rivales”. “Ojalá consiga tanto como en Río”, apuntó el balear al llegar a Nueva York, donde ha ganado dos veces. Por su parte, el irundarra Iñigo Cervantes ha tenido mala suerte ya que abrirá ante el búlgaro Grigor Dimitrov, que está recuperando su mejor nivel.