Tres deportistas. Este es el máximo de participantes del mismo sexo que puede inscribir un país en un maratón olímpico. Cuando empezaron a competir con solo seis años, Leila, Liina y Lily Luik jamás imaginaron ser las tres elegidas para representar a su país, Estonia, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Y es que nunca antes había pasado. Nunca antes unas trillizas habían competido en la misma cita olímpica. ¿Cómo iban a ser ellas las primeras? “Es casi imposible”. Así lo describían hace solo unos meses.

La andadura de estas tres hermanas en el atletismo comenzó de manera casual. “Siempre han derrochado energía, desde que eran unas niñas”, relata su madre. Por ello, empezaron desde muy pronto a probar distintas actividades. Eso sí, siempre juntas. El agua era lo que más entusiasmaba a las niñas, así que en un principio se decantaron por la natación. Y sumergidas en las piscinas estuvieron hasta los 22 años, cuando el ojeador Harry Lemberg, que las sigue acompañando a día de hoy, las descubrió en la universidad keniata donde entrenaban. Solían viajar al país africano para prepararse y fue en una de sus carreras matutinas donde el entrenador se dio cuenta de su potencial como atletas. Bajo las directrices de Lemberg han ido perfeccionando estilo y velocidad. Siempre las tres juntas. Tanto es así, que su estilo es hoy tan homogéneo que es prácticamente imposible de diferenciarlas en plena carrera. Incluso han tenido problemas por ello. Su imagen es siempre tan parecida que en anteriores competiciones han tomado medidas extraordinarias para poder ser distinguidas. En el Campeonato de Europa de atletismo celebrado en Zúrich en 2014 la organización decidió incluir los nombres en sus dorsales para poder saber así quién era cada una.

La cita europea de hace dos años fue la primera vez que las hermanas corrían juntas en la misma competición. Hoy lo hacen en Río, entrando en la historia de los Juegos como las primeras trillizas en participar en una misma edición de la cita olímpica. No obstante, este no es el único hecho extraordinario que caracteriza a Leila, Liina y Lily. Lo cierto es que, aunque parezca increíble, hace seis años estas hermanas veían el atletismo como una manera de divertirse. Nunca pensaron en ser profesionales, pero los resultados han guiado su camino hasta las competiciones oficiales. Su entrenador lo reconoció antes de viajar hacia la ciudad carioca: “Al principio pensé que solo querían correr los fines de semana, pero descubrieron con el tiempo que podía ser su modo de vida”. El propio tiempo fue el que decidió la modalidad en la que debían correr. Así lo admiten las hermanas. Al principio eran reacias a largas distancias, pero a lo largo de los entrenamientos fueron dándose cuenta de que en carreras de muchos kilómetros era donde mejor se desenvolvían. El maratón, la mítica prueba de 42 kilómetros, es la modalidad en la que más destacan, y en ella concurrirán hoy en Río.

Leila es la mejor posicionada de las tres para intentar colgarse una medalla. Llega con un tiempo de dos horas 37 minutos y once segundos. Le sigue Liina con dos minutos y 30 segundos más. A un minuto más esta Lily, que aunque tiene el peor tiempo en comparación con sus hermanas no pierde la ilusión: “Voy a luchar con más ganas si cabe”, aseguró al llegar a la Villa Olímpica. Llevan toda la vida corriendo en grupo, por lo que la marca de las tres es muy similar. Esta vez, en cambio, son conscientes de que la batalla será individual. Tienen que pensar en objetivos personales, tal y como ellas mismas reconocen. Pero no van a dejar de ayudarse. Al ser preguntadas por una posible estrategia, lo tienen claro: “No tenemos nada hablado. Leila correrá por delante, lo hará porque es la más rápida”.