Cuando el seleccionador bilbaino Jorge Dueñas dio la lista definitiva para los Juegos de Río, Ainhoa Hernández no se lo podía creer. Su nombre estaba dentro de ella. Su buen papel en el torneo de IV Naciones disputado en Noruega, competición que les sirvió a las guerreras como puesta a punto para Brasil, no pasó desapercibido para nadie. Así que la pivote zuazotarra estaba por fin ante su primera cita olímpica. Sin embargo, de las quince jugadoras convocadas, una de ellas debía viajar a Río como reserva. Y fue ahí cuando el nombre de Ainhoa volvió a nombrarse. El sueño de los Juegos se deslucía un poco para la joven barakaldarra, pero no perdió la sonrisa. Porque, a sus 22 años -es la más joven de la selección-, sabe que su carrera olímpica no ha hecho nada más que comenzar. “El día de la inauguración fue un día que jamás olvidaré en mi vida. Me siento muy afortunada y, aunque viviré esta experiencia de otra manera, estaré animando como la que más”, reconoció la pivote tras el encendido del pebetero.
Ainhoa admite que su situación no es la ideal para acudir a unos Juegos, puesto que tan solo entraría en escena si ocurriera un contratiempo o una compañera sufriera una lesión que le impidiera seguir jugando. Sin embargo, se lo toma con optimismo. “Doy gracias cada día porque estoy dentro del grupo, aportando todo lo que puedo y sabiendo que hay que seguir mejorando. Sobre todo, lo que quiero es aprender del equipo, de cada una de ellas y de su experiencia. Simplemente estar aquí ya es un lujo, soy consciente de ello y, por eso, intento aprovecharlo al máximo”, afirma la barakaldarra. Por ello, aunque todavía no haya debutado en una cita olímpica, Ainhoa reconoce que sigue teniendo “las expectativas muy altas. Quiero vivir esta experiencia, que creo que es lo máximo que puede vivir un deportista, y seguir trabajando y aportando al equipo todo lo que esté en mi mano”.
En cuanto a los objetivos como grupo, la pivote vizcaina tampoco se pone techo. Aunque siempre con la realidad sobre el parqué. Reconoce que forma parte de una selección acostumbrada a ganar, que ya fue metal de bronce en los pasados Juegos de Londres, pero también es consciente que cada cita olímpica es diferente: “Sabemos qué cosas tenemos que corregir y que tenemos que tener los pies en la tierra. Los Juegos son una batalla dura cuyos resultados se van viendo con el paso de los partidos, pero conseguir una medalla sería otro sueño cumplido. ¿Por qué no?”. Y es que, por el momento, la selección de Dueñas se encuentra en la tercera posición -pasan a octavos los cuatro primeros clasificados- de un grupo muy competitivo e igualado. Con dos victorias en tres encuentros disputados hasta el momento (debutó con victoria ante Montenegro por 19-25, luego tropezó ante Noruega con un 24-27 y, después, se resarció ante las locales brasileñas por 24-29), las guerreras se encuentran a un paso de la siguiente ronda. Aunque, siempre cautas, las jugadoras españolas no terminan de fiarse.
Ainhoa comparte ese respeto por lo que resta de competición y ya lo dejó claro en el encuentro que las guerreras disputaron ante Montenegro. La barakaldarra actuó como comentarista de televisión y, a pesar de la victoria, calmó los ánimos y el optimismo puesto que tan solo era el primer partido del grupo.
próximo encuentro La última victoria, contundente, de España ante Brasil coloca a las guerreras muy cerca de su primer objetivo: el pase a cuartos. Pero, para hacerlo matemáticamente oficial, las jugadoras dirigidas por Jorge Dueñas deberán imponerse esta tarde (19.40 horas) a Rumanía, un rival que tan solo ostenta una victoria en su casillero particular. Sin embargo, las compañeras de Ainhoa cuentan con un buen colchón por debajo de ellas y es que, en caso de tropezar ante las rumanas, podrían continuar con opciones de seguir vivas en Río si vencen a Angola (lunes, 0.50 horas) en el que sería su último encuentro de la fase de grupos.