Melissa Tapper (Hamilton, Australia, 1990) es singular. Por lo menos, en los presentes Juegos de Río de Janeiro. La jugadora de tenis de mesa oceánica, que comienza hoy su periplo, es la única competidora de la edición brasileña que vivirá la cita Olímpica y la Paralímpica. Todo debido a que, con el plexo braquial del brazo derecho dañado, la australiana no puede mover la mano.
Melissa Tapper es heredera del ruido que hizo Oscar Pistorius en Londres, donde quiso competir en los 200 metros lisos, llegando a las semifinales con unas prótesis especiales en sus piernas amputadas. No obstante, en Inglaterra fue una deportista más la que hizo lo mismo: encadenar las dos citas el mismo curso. Sin embargo, no tuvo tanto eco mediático. Casualmente, fue también en tenis de mesa, donde la polaca Natalia Partyka tenía una amputación en la mano derecha y compitió sin éxito con las preseas.
Además, engrosan la lista de participantes en las dos versiones del olimpismo la arquera iraní Zahra Nemati, la atleta alemana Ilke Wyludda, el jinete austríaco Pepo Puch, la atleta italiana Assunta Legnate, la nadadora sudafricana Natalie Du Toit, el jugador de hockey y patinador italiano Orazio Fagone, la atleta estadounidense Marla Runyan, la arquera italiana Paola Fantato, la tiradora búlgara Sonia Vettenburg, el tirador húngaro Pal Szekeres y la arquera neozelandesa Neroli Fairhall.
Así las cosas, la joven tenista de Hamilton, de 26 años, está dentro de la clase 10 del pin pong adaptado; es decir, la discapacidad física más leve de todas las contempladas, once en total. Todas ellas están registradas en una lista, en la que se dividen a los competidores según las lesiones que tengan. En la especialidad de Tapper, la australiana tiene que competir contra tenistas con impedimentos leves en las piernas o en el brazo de juego, o con disminución severa de la movilidad en el brazo con el que no juegan, o una moderada en el tronco, según dictan las reglas de la competición.
Aun así, Melissa, desde niña, comenzó su vida dentro del tablero sin optar por la competición adaptada. Se inició a los doce años en la escuela primaria y en dos años fue llamada por la selección de su país para representar la bandera australiana en Jordania. Ese mismo curso, compitió en los campeonatos de Australia en dobles y dobles mixtos en categoría sub’14 y sub’16 y en el individual en categoría sub’14, sub’16 y sub’18. Ganó siete medallas, tres de ellas de oro. En 2014, en los Mundiales de Pekín de tenis de mesa adaptado, ganó el bronce en la especialidad individual. Su siguiente parada fue el viejo sueño olímpico. En los Estatales de su país, Tapper hizo historia y fue capaz de seguir el camino de Natalia Partyka, logrando el billete para Río de Janeiro en sus dos eventos deportivos.