Río de janeiro - Kohei Uchimura, el mejor gimnasta de la historia por número de títulos, logró en Río el único que le faltaba, el oro olímpico por equipos, que Japón alcanzó tras una remontada memorable para superar a Rusia, líder hasta los dos últimos aparatos y con opciones hasta el final. El conjunto nipón destronó así a China, país dominador de la última década y campeón de esta prueba en los Juegos de 2008 y 2012. El equipo ganador lo formaron Uchimura, que no estuvo brillante pero aseguró los puntos del final, Koji Yamamuro, Ryohei Kato, Yusuke Tanaka y Kenzo Shirai. Rusia, que empezó en caballo con arcos, se puso al frente en la primera rotación con 759 milésimas de ventaja sobre Alemania (salto), mientras japoneses (caballo con arcos), chinos (suelo) y estadounidenses (suelo) ocupaban de manera inesperada las tres últimas posiciones. Los chinos Lin y Deng y el norteamericano Alexander Naddour se cayeron o se salieron del cuadro. Unas magníficas anillas, con Denis Abliazin en 15,700 y Nikita Nagornyy y Nikolai Kunsenkov en 14,866, mantuvieron a los rusos al frente tras la segunda ronda.

Japón escaló a la quinta posición pese a que Uchimura fue el peor de sus tres representantes. A mitad de competición Rusia seguía al frente, pero ya con solo 2,033 puntos sobre Japón, que había aprovechado su turno de salto para auparse a la segunda plaza. Los dos equipos compartían aparato y se acechaban. Les faltaban las paralelas, la barra y el suelo. En principio, todos favorables a Japón. En las primeras, Uchimura no consiguió levantar una vertical y estropeó así un ejercicio que, de otra manera, hubiera sido insuperable. Volvió a ir a rastras de sus compañeros en ese aparato.

Al tiempo que China se ponía en puesto de podio, Japón superaba por primera vez a Rusia, aunque solo por 208 milésimas. Uchimura, esta vez sí, Tanaka y Kato ofrecieron un catálogo de sueltas, giros y salidas perfectas que los jueces tuvieron que recompensar. Las tres medallas se jugaban en el último aparato, con japoneses y rusos en el suelo y Rusia en la barra. Los nipones salieron primero con toda la artillería: Shirai, campeón mundial de este aparato (16,133), Kato, cuya nota de 15,466 tardó una eternidad en salir, y Uchimura. El gran campeón aguantó la presión y taladró sus series al suelo. Cuando acabó, apenas se tenía en pie. Fue al encuentro de sus compañeros dando tumbos, se saludó con los rusos y esperó jadeante su nota: 15,600. Rusia necesitaba hacer una media de 15,802 para alcanzar a Japón, pero la distancia se les hizo muy larga. Comprendieron que lo que se jugaban era la plata con China y cuando la última nota, un 14,666 de David Belyavskiy en suelo, se la aseguró, lloraron sin descanso.