RÍO DE JANEIRO - No hay margen para el error. Al contrario que en otros torneos, España no puede permitirse un mal arranque en el torneo olímpico de baloncesto, esa especialidad suya de ir de menos a más, porque eso le puede llevar a un cruce más temprano de lo previsto ante Estados Unidos. Lo ocurrido hace dos años en la Copa del Mundo lleva también a ser precavidos y a no vender una final ante los representantes de la NBA, que sería la tercera seguida en formato olímpico, sin tenerla en la mano.
Croacia será esta próxima medianoche el primer rival del campeón de Europa. En anteriores campeonatos, los balcánicos defraudaron, pero ahora llegan de tapado tras quitarle la plaza a Italia en su propia casa. Sin Ante Tomic, su referencia interior de años anteriores, Alexander Petrovic ha convencido a sus jugadores de la necesidad de defender y con el talento irregular e individualista de los NBA Bogdanovic, Hezonja y Saric les puede alcanzar para dar un susto a más de uno y quién sabe si rondar esa medalla que no catan desde hace 23 años.
Por su parte, la selección española llega con las dudas que ha generado una preparación incompleta por el diferente estado físico de los jugadores, los viajes de varios de ellos a Estados Unidos y la imposibilidad de entrenarse con contacto hasta que estuvieran en regla los seguros con sus franquicias de la NBA. Pero España tiene carácter ganador, oficio y los roles de cada uno están ya muy claros, siempre desde el sentido que da a todo el juego la presencia de Pau Gasol, a quien muchos consideran el jugador más determinante a nivel FIBA. El nuevo pívot de los Spurs llega corto de forma y Scariolo lo quiere proteger para que llegue en su mejor versión a los cruces decisivos. La buena cara que ha dado Willy Hernangómez en los amistosos permite que pensar que el juego interior se resentirá menos.
sorpresa para empezar El torneo de Río se inició con el triunfo de Australia ante Francia que llamó la atención por su contundencia (87-66).