Dicen de Sugoi Uriarte que es el judoca de hielo. Que se concentra tanto que se evade de todo, que es tranquilo, que nunca se altera. O casi nunca. Porque el gasteiztarra tiene una espina clavada desde hace cuatro años, cuando se marchó de los Juegos Olímpicos de Londres con un amargo quinto puesto. Con un diploma que le supo a demasiado poco. Los jueces de la lucha por el bronce le privaron de la victoria y le otorgaron el metal al surcoreano Cho Jun-Ho. Y, desde entonces, no ha podido pensar en otra cosa. “Ni siquiera he sido capaz de volver a ver aquel combate, solo seré capaz de verlo si me saco esta espina. Estos cuatro años, desde que perdí la medalla, he tenido Río entre ceja y ceja”, explica el judoca. La cita olímpica de Brasil ha sido el propósito de Sugoi desde entonces. La ha tenido entre ceja y ceja. Y por eso, tan cabezón como es, nunca dudó de su presencia en ella: “No me llegué a plantear si estaría en Río o no porque el día después de competir en Londres me lo puse como objetivo. Y aquí estoy otra vez”, reconoce.

Sin embargo, el judoca no se conforma simplemente con estar. No. En sus segundos Juegos quiere algo más, quiere el metal que a punto estuvo de morder en la cita pasada. “Quizá en esta ocasión afronto los Juegos con algo más de presión porque puede ser la última oportunidad que tenga para conseguir una medalla, así que la intentaré sacar como sea. Estoy muy motivado”, comenta. A pesar de ello, el gasteiztarra dice estar tranquilo, con la calma que siempre le acompaña. Y es que, a diferencia de Londres, donde era favorito para subirse al podio, en esta ocasión los entendidos no le colocan en las apuestas. Dicen que sus 32 años ya le pesan. Algo que, lejos de molestarle, le estimula. “Soy más mayor que en Londres, pero me veo mejor que nunca. En el judo es difícil explotar pronto, es un deporte de largo recorrido; así que tengo la edad perfecta”, dice. Además, Sugoi no solo se enfrenta a la revancha londinense, sino también a sus últimos Juegos Olímpicos. Y él lo sabe: “Este es mi último cartucho y seré un rival temible”.

En definitiva, la medalla será el único resultado que acepte Sugoi en Brasil. Aunque reconoce que en estos Juegos, en su modalidad de menos 66 kilos, tendrá enfrente a rivales de gran calidad: “Los más correosos, sin duda, serán el coreano An Ba-Ul, el japonés Masashi Ebinuma y el ruso Mijail Puliayev. Aunque también Ucrania lleva excelentes judocas”, explica. Por ello, el gasteiztarra se ha preparado a conciencia para esta cita olímpica. Entrenamientos y libranzas, todo, lo ha realizado pensando en Río. Y haberse clasificado con varios meses de antelación le ha facilitado la planificación olímpica tras ausentarse de las dos últimas competiciones: “En el judo el descanso es casi tan importante como el entrenamiento, así que en ese sentido estar clasificado tiempo antes me ha venido muy bien”, reconoce. Por ello, Sugoi es optimista. Tiene ganas. Y solo aceptará un metal como resultado aceptable: “Me veo con opciones a medalla, sino no lo intentaría. Pero siendo realista, para conseguirla tengo que darlo todo y que los favoritos fallen”, explica.

El domingo, su día Sugoi Uriarte debutará en sus segundos Juegos Olímpicos el próximo domingo día 7, a las 15.00 horas. Será un intenso día para el gasteiztarra porque la organización ha determinado que su categoría, la de -66 kilos, dispute todas las eliminatorias en una sola jornada. Por ello, el judoca vasco deberá gestionar sus fuerzas ya que comenzará en la ronda de 64º, con un rival todavía por determinar, mientras que el objetivo de Sugoi, las semifinales, se disputarán a las 21.30 horas. Y la lucha por el oro a las 22.20.